Por Jesús Chávez Marín
El 22 de mayo de 2004 la Universidad Autónoma de Chihuahua, a través
del Instituto de Bellas Artes, ofreció un homenaje por sus cuarenta años de trayectoria
artística al maestro Mario Humberto Chávez.
Como ambos pertenecemos al Consejo Editorial de la Universidad, lo veo
periódicamente en las reuniones, en las que él participa siempre con ideas
novedosas y refrescantes. Su temperamento de artista se expresa siempre, en
forma discreta y de gran cortesía. La sencillez de su trato y la fineza de su
compañerismo reafirman la certeza de que los grandes hombres no suelen ser
estridentes ni ostentosos.
La obra de Mario Humberto Chávez es uno de los patrimonios culturales
de nuestra tierra y él es uno de los maestros más significativos en la
formación de la sociedad. En el teatro y en la enseñanza, su presencia ha
sido sólida, constante y trascendente.
En los años setentas coordinó la extensión de Bellas Artes en la ciudad
de Parral, ciudad donde dejó muchos discípulos. Todos los artistas de aquella
ciudad, y no solo de teatro, lo recuerdan como un gran difusor de la cultura.
Luego fue coordinador del Centro Cultural Universitario Quinta Gameros
y durante su periodo se establecieron nexos muy sólidos entre la comunidad
artística y la Universidad, nexos que hasta el día de hoy se mantienen.
Más tarde fue director del Instituto Chihuahuense de la Cultura, donde
le tocó también iniciar procesos y proyectos de ese instituto que recién
iniciaba. Entre ellos puede destacarse, para poner un solo ejemplo, lo que hoy
es el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes.
Pero el trabajo formal más constante de Mario Humberto, además de su
trabajo de artista, es la de profesor de teatro en el Instituto de Bellas Artes
de la Universidad. Este es el oficio que él más estima y aprecia.
Como actor participó en numerosas versiones escénicas de teatro clásico
y contemporáneo, con Fernando Saavedra y otros directores en esta ciudad.
También trabajó varios años en la ciudad de México, en teatro y en cine, donde
actualizó y pulió su oficio de actor y se inició también en la dirección
teatral.
Como director de teatro, ha realizado montajes memorables, por lo menos
uno cada año durante muchos años. Aquel tiempo de campeones, Traición,
Tranvía llamado deseo, Electra...
la lista es larga y sin embargo la disciplina, el rigor y la calidad
artística siempre son el sello y el estilo de un director estudioso y
actualizado.
La Universidad Autónoma de Chihuahua tiene un sólido pilar al contar en
su planta académica a Mario Humberto Chávez: un buen maestro, un artista
talentoso y brillante en la escena, en la dirección y en la escritura de textos
teatrales y narrativos.
La sociedad de Chihuahua tiene entre sus dones la presencia segura y
constante de Mario Humberto Chávez en el desarrollo cultural de esta región.
Mayo de 2004
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