domingo, 27 de noviembre de 2022

Se destilaron las historias. JChM

 

Foto Pedro Chacón

92. Se destilaron las historias

 

 

Por JChM

 

 

En la mirada de un búho la noche vuela; cae ligera como agua la memoria y una lluvia de secretos se va posando en el rocío, al amanecer.




domingo, 6 de noviembre de 2022

Materia inerte. JChM

 

91. Materia inerte

 

 

Por JChM

 

 

Hace ya muchos años, demasiados, vivimos juntos en el paraíso terrenal, aquella región que en este siglo se ha vuelto mítica, solo colgada en la fe de algunos y negada para siempre, la utopía, por las evidencias y las acciones de un mundo en el que el oro se ha concentrado tanto y es tan pesado que amenaza con caer a un abismo. Recuerdo que en aquel tiempo tú y yo jugábamos con la luna, como en esta foto que guardo en mi archivo de imágenes.

 

 


lunes, 31 de octubre de 2022

Tenue montaña. JChM

 

Foto Pedro Chacón

90. Tenue montaña

 

 

Por JChM

 

 

Rígido el aire, quebradiza la sombra; primavera el sueño del eterno retorno que iba escrito en las hojas que se fueron.




viernes, 14 de octubre de 2022

Un minuto de profunda sombra. JChM

 

Foto Pedro Chacón

89. Un minuto de profunda sombra

 

 

Por JChM

 

 

A cierta hora de la noche el mundo es silencioso; en el fondo de ese mar oscuro se agitan las palabras, abismo y serranía.

 

 


sábado, 24 de septiembre de 2022

Hola, año nuevo. JChM

 

Foto Mague Alcaraz

88. Hola, año nuevo

 

 

Por JChM

 

 

Helada la sombra que desde el firmamento nos espera; plena de esperanza para algunos bendecidos con la fe, maravilloso regalo; abismo de la nada para otros que se consuelan con la plenitud de la tierra o se olvidan de su alma, cierran los ojos. Helada la luz en la esfera infinita de la memoria, la colectiva y la encarnada, donde moran tantas criaturas y donde se van apagando al anochecer algunos luceros, marchitas neuronas. Helada la muerte a la que nadie procura mirar hasta que llega el dolor infinito, cuando alguien se despide para siempre; esa región a donde una vez me fue arrancada la sonrisa bondadosa y feliz de mi hermano y donde allá muy lejana me saluda con su manita de bebé mi hermana, ángel niña de una familia que siempre la ha venerado con ternura suave y gozosa. Helada la luna que al centro de la foto posa para la cámara del artista Pedro Chacón, medico sabio y músico de rock a quien saludo de Año Nuevo y le deseo que el año sea divertido y placentero. Lo mismo de parte de él y mía deseamos para nuestros lectores en este sitio de facebook, con esta frase del gran maestro mexicano José Joaquín Blanco: La vida es corta y además no importa.






martes, 16 de agosto de 2022

Elemento infinito. JChM

 

Foto Mague Alcaraz

87. Elemento infinito

 

 

Por JChM

 

 

Cada una de las hojas de este árbol, que pronto se irá en el remolino del aire, tiene su identidad, textura, color, dibujo, densidad. Mirándolas de lejos y al descuido, pareciera que tienen la misma forma, que son iguales y que a todas las reúne la palabra: hojas, tan simple como un plural adocenado. Sin embargo, cuando alguien se acerca y las mira, se da cuenta de inmediato que cada una es distinta y única. Como las vidas que pasan, como cada amanecer y cada palabra de amor.




miércoles, 27 de julio de 2022

Líneas de expresión. JChM

 

Foto Mague Alcaraz

86. Líneas de expresión

 

 

Por JChM

 

 

En mis huesos se van marcando los recuerdos en movimiento. Por las mañanas son mi laboratorio de las ideas. Algún día serán ceniza de sueños.






viernes, 22 de julio de 2022

Pian pianito. JChM

 

85. Pian pianito

 

 

Por JChM

 

 

No se apuren. Los hombres y las mujeres con su trabajo y con la luz de la educación desmantelará este edificio insensato de injusticia, que de tan alto quiere llegar al cielo a punta de armas y billetes. Mientras, sean felices con los suyos. Con la gente.

 

 

 

domingo, 17 de julio de 2022

En aquella memoria. JChM

 

Foto Pedro Chacón

84. En aquella memoria

 

 

Por JChM

 

 

Alguien recuerda el valle de flores y futuro que se llamaba Primavera.

 



martes, 12 de julio de 2022

Cuando mi yo se difumina. JChM

Foto Pedro Camacho
 83. Cuando mi yo se difumina

 

 

Por JChM

 

 

A veces la mirada de quien te amaba tiende un velo, sombra de abandono. En el horizonte se dibuja un instante la silueta que no volverá.




martes, 5 de julio de 2022

Ritual. JChM

82. Ritual

 

 

Por JChM

 

 

Se alzan airosas las esperanzas; en el recuerdo la sombra que no vuelve como tampoco las fiestas y sus ceremonias. Y también se extiende en el bosque Los Laureles mi liturgia diaria de escribirte mientras espero a que llegues.

 



sábado, 18 de junio de 2022

Gente armada en la ciudad. JChM

 

81. Gente armada en la ciudad

 

 

Por JChM

 

 

Llego a Revistas Loya, leve refugio de tantos solitarios. Compro Letras libres y desde una silla miro a dos soldados con rifles de asalto, radios y pistolas en el cinturón, que también se acercan a comprar un café para el frío de la tarde lluviosa. En la espalda de su chamarra militar llevan un letrero grande que dice “Ejercito mexicano”. No es guerra narca. Ellos andan por la calle protegiendo intereses de unos que son muy poquitos; una montaña de oro que se alza temblorosa sobre un país poblado de multitudes sin empleo, jóvenes mal pagados y villas de insondable pobreza.

 

 


martes, 14 de junio de 2022

Ven a llorar en mi hombro. JChM

 

80. Ven a llorar en mi hombro

 

 

Por JChM

 

 

En la noche helada el silencio de la nieve que vuela desde lo alto, hasta posarse suavemente en mi pelo, me evoca la timidez con que llorabas cuando te abandonó tu esposo. A pesar de que han pasado 15 años desde que viniste a la editorial a platicarme aquellos hechos crueles que te marcaron de dolor el cuerpo entero, todavía siento muy viva la confusión de no saber cómo consolarte. Me reclamabas porque yo sabía parte de la historia y nunca te la dije, nunca te previne de todo lo que luego sucedió. Aproveché ese tema para que te enojaras conmigo y así distraerte del lamento encarnado y lloroso en el que te licuabas frente a mí, literalmente, pero tú volvías a lo mismo, a ese tono de elegía con el que me contabas con lujo de detalles tu amor traicionado. ¿Dónde estarás ahora, amiga, mi estrella rota, piedra preciosa del amor que jamás declina?

 

 


viernes, 10 de junio de 2022

Derrotero. JChM

 

79. Derrotero

 

 

Por JChM

 

 

Todos los hombres saben el lugar exacto donde está guardado su tesoro. Incluso los más indiferentes.

 



lunes, 6 de junio de 2022

A. JChM

 

78. A

 

 

Por JChM



Aquella tarde tu cabello era un sol de seda que se destilaba en la arena, en la memoria.




lunes, 23 de mayo de 2022

Carmen Marín. JChM

 

Foto Dizán Ortiz

77. Carmen Marín

 

 

Por JChM

 

 

Por una orillita de tu corazón he ido caminando desde que era un niño. Te escuchaba cuando muy temprano prendías la lumbre en aquella estufa de leña donde cocinaste durante 20 años, desde que eras una jovencita; ponías el radio y cantabas con voz más hermosa que la de los artistas, alegre o triste según te anduviera yendo en los altibajos de los días que pasan. Despertábamos con la música de tu voz. Ahora veo con claridad qué grande regalo nos dio la vida de tenerte, Carmen. Madre.

 



domingo, 15 de mayo de 2022

El hogar. JChM


 Foto Pedro Chacón

76. El hogar

 

 

Por JChM

 

 

Extiendo la vista hacia el agua en busca de claridad; atrás de los ojos se acumulan montañas, valles. En algunos espacios hay basura, rencor encarnado que desaparecerá cuando muera. En otros recintos resplandece el amor, el que agoniza en la resolana y el olvido y el que insiste. Ilusiones se fueron construyendo y algunas alcanzaron la tierra prometida. Frente a la mirada una ciudad y su reflejo me recuerdan que en este lugar viven mis amores, los que aún guardo y me acompañan.




domingo, 8 de mayo de 2022

Nadie vendrá. JChM

 

Foto Pedro Chacón

75. Nadie vendrá

 

 

Por JChM

 

 

Fue siempre un hombre egoísta y ahora vivía solo, sin amigos ni familia. Sabía que eso era justa condena y trataba de ya no esperar a nadie.

 

 


jueves, 5 de mayo de 2022

Nahuami en el Poliforum. Lourdes Ramos Peña

 

Nahuami en el Poliforum

 

 

Por Lourdes Ramos Peña

 

 

La Universidad Autónoma de Chihuahua, a través de la Dirección de Extensión y Difusión Cultural, presenta CiberPersona, arte gráfica de Nahuami.

Nahuami, artista originaria de Chihuahua, ha participado en exposiciones colectivas como Proyecto árida, Del objeto a lo intangible, Variaciones, Ficuubox y en la elaboración del Mural de Paso 2022 en la Facultad de Artes.

Su obra se caracteriza por un manejo de diversas técnicas en las que materializa un imaginario de personajes que conviven y se contraponen con atmósferas de colores brillantes, presentando una realidad romantizada.

Actualmente cursa el octavo semestre en la Facultad de Artes de la Universidad Autónoma de Chihuahua.

Este proyecto surgió de una reflexión personal sobre el cambio en las vidas después de la pandemia en el 2020. Se tomó como referencia el texto Encerrados en Internet, de Bernardo Marín. Ese texto habla de cómo el Internet se volvió conexión a la vida, todo lo que pensamos que estaba firme y establecido se vio obligado a adaptarse para sobrevivir, nuestro futuro como sociedad es incierto, pero al estar todos pasando por el mismo cambio, lo es menos. Será el hogar donde tenemos que aprender, trabajar y conectarnos con otros, otras, mediante la virtualización de nuestras vidas. Esto es algo que eventualmente sucedería, pero la pandemia dio un empujón.

La cita a la inauguración es el miércoles 11 de mayo a las ocho de la noche, en el Poliforum Museo Universitario.

Vino de honor

Abierta al público a partir del 12 de mayo, la muestra permanecerá hasta el 2 de junio, entrada libre

 

Para mayores Informes:

Poliforum Museo Universitario

Escorza 900 Centro Histórico

Teléfono 439-1500 extensión 2026  

Arq. Lourdes Ramos Peña

Difusión y Vinculación

lunes, 2 de mayo de 2022

Felipe Calderón. JChM

 


Foto Pedro Chacón

74. Felipe Calderón

 

 

Por JChM

 

 

La muerte chiquita de la injusticia, en los años recientes se fue convirtiendo en la muerte cierta, en este desolladero sin piedad ni fe.

 



domingo, 3 de abril de 2022

La Güera. César Francisco Pacheco Loya


 

La Güera

 

 

Por César Francisco Pacheco Loya

 

 

Cuenta la leyenda qué en una ciudad lejana existió un hospital donde hace años acaeció un echo terrorífico que nadie ha podido dilucidar. Esa tarde, Matilde, quien se había desempeñado allí como jefa de enfermeras hasta el día en que fue jubilada, llegó al Servicio de Urgencias quejándose de dolores en el cuerpo, falta de apetito y molestias para orinar. Ramona, la enfermera de urgencias, la reconoció de inmediato y, con voz cordial, le dijo:

Jefa, me da gusto verla. Desde que se jubiló no volví a saber de usted.

Matilde movió la cabeza, y con voz apagada musitó:

Vengo a consulta, me siento muy mal.

No se preocupe, yo haré lo necesario para que la atienda el doctor Estornino, ¿Recuerda quién es él?

Por supuesto que sí. Un médico muy humanitario y además muy preparado.

 

Apenas entró Ramona al área de consultorios, se escucharon pasos que avanzaban por el pasillo central del Servicio de Urgencias y se oyó el molesto rechinido que hacía la puerta cada vez que la abrían o la cerraban. En cuanto el médico estuvo cerca de Matilde le dio la mano y le dijo:

Hola Jefa, a que se debe su visita.

Hace tres días que siento el cuerpo cortado y no apetezco la comida, solo tomo agua.

El doctor pidió a la enfermera:

Ramona, ponle el termómetro a la Jefa, ahorita que la saludé de mano me di cuenta de que viene ardiendo en fiebre.

El médico terminó su interrogatorio, y cuando iniciaba la exploración física, fue interrumpido por Ramona:

―Trae 41 grados de temperatura, doctor.

Tómale muestras de sangre y de orina y llévalas a laboratorio para que le hagan una biometría hemática y un examen general de orina. Diles que son urgentes.

El doctor continuó su trabajo, y en no más de media hora estuvo el reporte de laboratorio. Con los resultados en la mano, le dijo al paciente que atendía en ese momento:

Regreso rápido, no se desespere.

En cuanto llegó al lado de Matilde, le informó:

Trae usted una infección aguda en las vías urinarias, se va a quedar hospitalizada ¿Quién viene con usted?

Nadie, solo tuve una hija, pero hace años se casó y se fueron a vivir al Estado de Virginia ella y su marido; solo mantenemos comunicación por teléfono.

Muy bien, Jefa, no hay problema, aquí tiene una gran familia, usted sabe a qué me refiero, todo el personal de enfermería la aprecia mucho.

Sí doctor, le agradezco sus atenciones.


En cuanto la enferma ingresó al Hospital, se corrió la voz, entre las enfermeras de que Matilde estaba encamada en el cuarto 218 y por ello, en pequeños grupos, fueron a saludarla y manifestarle su deseo de que sanara pronto.

Cuando la ex jefa quedó sola, se abrió la puerta del cuarto y entró la enfermera Adela empujando una charola rodante donde traía todo lo necesario para iniciarle el tratamiento que le había indicado el doctor Estornino. Luego que terminó de canalizarle una vena, le empezó a pasar la solución salina, y cuando terminó de regular el goteo, tomó una jeringa que contenía un líquido amarillo y le explicó:

Este es el antibiótico que le recetó el doctor, es un medicamento muy fuerte, se lo voy a poner en el suero para que vaya pasando lentamente, verá que pronto se va a curar. ¿Se le ofrece algo más?

Sí, Adela, dame un vaso con agua, tengo sed. Luego voy a descansar, porque estos días he dormido muy poco.

Ya que Adela se retiró, pronto se escucharon los ronquidos de la ex jefa. Cuando despertó había una joven sentada en el sillón del cuarto, a quien Matilde le preguntó:

 ¿Ya cambiaron de turno? ¡Acaso dormí tanto!

¿Por qué pregunta eso, Jefa?

Porque tú no eres la enfermera que me puso el suero, ella se llama Adela.

Tiene razón, no soy quien le puso el suero, pero vengo a cuidarla.

Te mandó el doctor Estornino, es una distinción especial, ¿no es así?

Sí, estoy aquí por orden superior, tranquilícese y siga durmiendo.

La ex jefa secó sus ojos con un pañuelo desechable y, sin quitar la mirada del rostro de la joven, preguntó:

¿Cual es tu nombre?

Uhhh, mejor le voy a decir mi apodo, porque todo el personal me conoce como La Güera. Por mi nombre de pila no hay quien me nombre aquí.

La Güera, eso no me dice nada, no recuerdo a nadie con ese sobrenombre. Préstame tu gafete.

No lo traje. Como venía a hacer un servicio especial, solo vestí mi uniforme y me vine rápido. ¿Por qué le extraña cómo me dicen?

La Güera. Es cierto que tu piel es muy blanca, pero tu cabello es negro, lo mismo que las cejas y las pestañas. ¿Quién te puso el apodo? 

Fue un médico interno. Él cursaba su internado rotatorio. Lo recuerdo con aprecio porqué fue un buen compañero.

La ex jefa se resignó a llamar a la joven por su sobrenombre y desistió de tratar de recordar la verdadera identidad. Cambiando de tema, Matilde comentó:

Sigo con sed, se me antoja una soda bien helada.

Yo se la traigo, en fin, no está contraindicada.


La Güera salió presurosa de la habitación y fue por el refresco. Apenas había salido, entró Adela a tomarle signos vitales a la paciente y una vez que los anotó en el expediente, le preguntó:

¿Cómo se siente, Jefa?

Mejor, creo que ya hizo efecto el analgésico y el antipirético, claro también el antibiótico está actuando. Oye, ¿cómo se llama la enfermera que salió del cuarto en el momento que entraste?

¿Enfermera que salió de dónde?

De aquí. Si casi te tropezaste con ella.

No, Jefa, ni en la puerta, ni en el pasillo vi a nadie.

Andas concentrada en tu quehacer y por eso ni ves ni oyes lo que pasa a tu alrededor.

Pues será por eso. Pase buenas noches, nos vemos mañana.


En cuanto Adela salió de la habitación, entró La Güera trayendo en las manos un refresco de cola mediano.

Regresaste rápido, ¿acaso fuiste volando? comentó la ex jefa.

─No, bajé en el elevador y de regreso también subí en el elevador, por eso volví tan pronto. Yo utilizo mucho el ascensor y de preferencia lo hago por las noches. 

Llegó la noche y con ella la obscuridad. La Güera no mostraba intención de retirarse a descansar; por ello Matilde le preguntó:

¿Qué no piensas ir a dormir en tu casa?

No, aquí me voy a quedar toda la noche.

Dónde piensas acostarte?

Señalando con uno de sus dedos, dijo:

En este sofá.

No es necesario que hagas ese esfuerzo, recuerda que hay personal suficiente.

Sí, pero algunas enfermeras desconectan el timbre para dormir y no hacen caso al llamado de los pacientes.

Tienes razón, sí hay enfermeras irresponsables. Bueno, pues entonces acondiciona tu dormitorio; en el cuarto de utilería debe haber una cobija y una almohada.

Ahorita preparo mi cama, antes voy al baño.

Usa este, está limpio.

No obstante la insistencia de Matilde, La Güera se encaprichó:

Prefiero ir al baño de personal.

Pronto regresó La Güera y la ex jefa, de nuevo sorprendida, le dijo:

¿Cómo es posible que tan rápido hayas ido y regresado, si los baños del personal están en el sótano.

Es que bajé por el elevador. A mí me gusta mucho pasearme en el ascensor, principalmente por las noches.


Al tercer día, Matilde fue dada de alta, con su salud restablecida. Cuando ya estuvo vestida con ropa de calle y había terminado de guardar sus pertenencias en una bolsa de mano que traía para tal fin, La Güera le pidió:

Dígame el número telefónico de su vecina para hablarle y preguntarle que si puede venir por usted.

Abre mi bolsa y saca una libreta que traigo ahí para decirte el número.

La Güera fue a contactarse con la vecina de Matilde y pronto regresó.         

Sí, Jefa, en un momento llega. Voy a traer una silla de ruedas.

Ya junto al coche de la vecina, mientras abrían la portezuela para que subiera la ex jefa, el brillo del sol permitió a Matilde saber quién era La Güera, y lívida gritó:

─Jesús, María y José, pero si eres Virg… y en ese momento cayó muerta mientras que el cuerpo de La Güera se transformaba en una columna de neblina que lentamente se desvanecía elevándose al cielo.

 

 





César Francisco Pacheco Loya es egresado de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Chihuahua, donde después fue maestro. Dedicó su ejercicio profesional a la administración de servicios médicos, área en la cual tiene un postgrado. Realizó además un diplomado en informática. Es autor de dos libros publicados: Análisis global de los servicios médicos bancarios (1993) y Control médico administrativo (1995), y las novelas La inexplicable especie humana, Encuentro con un medio desconocido y Amores que matan.