Acción de gracias en la noche de Claroscuros de un Chihuahua musical
Por Jesús Chávez Marín
Todo libro es el fruto de
un trabajo colectivo, aunque solo el nombre del autor aparezca en la portada.
Organizadores, editores, diseñadores, fotógrafos, impresores, bueno, personas
que, como en todas las cosas de la vida, con nuestra labor cotidiana
construimos y hacemos que funcione el mundo.
Por eso quiero dar gracias a muchos:
A la maestra Alejandra
Enríquez, directora del Instituto de Cultura del Municipio de Chihuahua, quien
ha hecho de su programa de publicaciones una magnífica casa editorial.
Al maestro Ramón Carrillo, eficiente y
atento editor que coordinó de manera personal todas las acciones de producción,
diseño, imprenta, y nos atendió con magnífica cortesía a los autores del
Programa.
A la Secretaría de Cultura de Chihuahua
por habernos cedido para este acto la magnífica sede, Plaza Cultural Los
Laureles. En especial al administrador de este lugar, el maestro Alexis Esparza,
por sus finas atenciones.
A los maestros Arelí Chavira y Didier Emmanuel Ortiz, por ser los espléndidos presentadores de
mi libro de cuentos.
Al maestro Nacho Guerrero, quien es el
autor de la hermosa foto que viene en la portada.
A Maya, Martín, Adriana, Javier y
Denisse.
A mis hermanos, mis cuñados, mis
sobrinos, mi familia entera, que siempre me acompaña en estas noches de
presentación de mis libros, cuya presencia representa para mí una gran alegría.
Como el tiempo no alcanzaría a
nombrarlos a todos, solo mencionaré a los niños de nuestra casa: mis nietas
Emma Larissa y Nina Violeta, y mis sobrinos Fernando, Ana Paula y Milán.
A Soledad Graciela Lechuga Mejía, quien
trabajó junto conmigo en la estructura y en la corrección de estilo del libro.
A mis compadres Pepita Bejarano
y Antonio Leal por su amistad de toda la vida y por habernos invitado a mi
familia y a mí al alegre paseo por el barrio donde compraron su casa nueva,
donde de milagro hallé lo que para mí sería el rumbo de la literatura, como lo
relato en el prefacio del libro.
A mi compadre Raúl Sánchez
Trillo, mi amigo desde los tiempos de la escuela, mi compañero desde entonces
en infinitas jornadas literarias.
A cada uno de ustedes que me acompañan en esta noche de Claroscuros de un Chihuahua musical.
A todos, a todas, de todo corazón,
muchas gracias.
Enero 2020
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