El haikú es uno de los capítulos más sensibles de la literatura japonesa. Es un poema corto de 17 sílabas distribuidas en tres versos: el primero y el último, de cinco. Y el intermedio de siete.
Adquirió su forma actual a finales del siglo XV y debe su nombre definitivo al poeta e investigador literario Shiki (1867-1902).
Su argumento es descriptivo. Un fogonazo ilumina una escena situada, casi siempre, en un paisaje. Sus protagonistas son las montañas, los ríos, las aves y las flores, contemplados en las diferentes estaciones del año. Estas imágenes se encadenan con sentimientos de muy diversa índole: nostálgicos, humoristas e incluso religiosos, procedentes sobre todo estos últimos del budismo Zen.
Sogi (1420-1502). Moritake (1473-1549). Matsuo Basho (1644-1694). Kiorai (1653-1745). (Selección y nota de Trinidad Sánchez Pacheco: El haikú clásico. Plaza y Janés Editores, Barcelona, 1998).
1
Que ya es verano
no les digas, tormenta,
a los cerezos
Sogui
Sogui
2
Cae la luna
y es rauda la marea:
mar de verano
Sogui
Sogui
3
A la alborada
un chubasco otoñal.
Emocionante
Moritake
Moritake
4
La primavera pasa
lloran los pájaros
son lágrimas los ojos de los peces
Basho
Basho
5
Montañas y jardín
entran en la habitación
el verano
Basho
Basho
6
Un viejo estanque;
al zambullirse una rana,
ruido del agua
Basho
Basho
7
En la campiña,
sin tocar cosa alguna,
canta la alondra
Basho
Basho
8
¡Qué pronto prende
y qué pronto se apaga
una luciérnaga!
Kiorai
Kiorai
(Transcripción Jesús Chávez Marín).
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