El haikú, composición breve japonesa, capta el instante. Es el reflejo de la emoción que invade al poeta en ese momento, normalmente provocada por su percepción de la naturaleza, el sentimiento que su belleza inigualable inspira, dependiendo también de la estación en que es contemplada. O imaginada. En el haikú cada palabra esta plena de significación.
Quizá fue Basho, considerado por muchos el más grande poeta de Japón, quien mejor lo definió:
—Haikú es simplemente lo que está sucediendo en este lugar, en este momento —dijo el maestro.
Como estructura poética independiente cobró vida en el siglo XVI. Pero fue en el XVII cuando alcanzó su forma definitiva y clásica gracias a Basho. Antes no era más que la simple exposición de sentimientos humorísticos y desconcertantes. Basho lo elevó a la dignidad de gran género literario.
Basho (1644-1694). Sogui (1420-1502). Kyorai (1651-1704). (Nota y traducción de Antonio Cabezas: Haikú. Grijalbo Mondadori Editor, Madrid, 1998).
1
Lirios, pensad
que se halla de viaje
el que os mira
Sogui
Sogui
2
En ruiseñor
sueña que se convierte
el grácil sauce
Basho
Basho
3
Día invernal.
A caballo me helaba;
maestro en sombra
Basho
Basho
4
Quiero correr lo más que pueda,
y entrar en las tinieblas
de las jóvenes yerbas
Ippekiro
Ippekiro
5
Mientras lo corto
veo que el árbol tiene
serenidad
Issekiro
Issekiro
6
Leve es la primavera.
Solo un viento que va
de árbol en árbol
Aro
Aro
7
Sale del bosque,
viene la desposada.
Senda de luna
Bosha
Bosha
8
Es ya mi aldea
un sueño en un viaje.
Ave de paso
Kyorai
Kyorai
(Transcripción Jesús Chávez Marín)
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