En la foto Martha Estela Torres Torres, Marcela Ochoa y Maribel Chávez
Una
bella hechizada y la discreción de sus poderes. Presentación de Árboles en mi memoria, de Martha Estela
Torres Torres
Por
Jesús Chávez Marín
Estoicismo
es la palabra que define la literatura y la personalidad de Martha Estela
Torres en su estilo, su brillante profesión de escritora, editora y maestra de
literatura. Sus libros aparecen cada año, o cada dos años, y siempre
constituyen una propuesta novedosa, valiente, que enriquece el alma colectiva,
el espíritu de de la época.
Hay una
línea sostenida y elaborada con natural coherencia en el trascurso de sus
libros, desde que salió el primero que fue de poemas, Hojas de magnolia, luego de las constantes publicaciones de esta
autora en revistas y antologías. Los lectores conocieron entonces una voz nueva,
un estilo bien definido y maduro, donde resaltaba la claridad de la escritura, la
elegancia y fuerza de las imágenes.
Casi
inmediato siguió un denso libro en el género de ensayo, Pasión literaria, una esplendorosa lección de literatura enfocada
desde el gusto personal, que recorre con soltura épocas y siglos para llevar a
los lectores a un viaje fascinante por muchas regiones llamados libros.
Después
publicó su hermoso libro La ciudad de los
siete puentes, novela alucinante y panorámica de una ciudad mexicana, cuyo
punto de vista se concentra en la intimidad y luego se expande hacia un vasto
paisaje narrativo en el tiempo y en el espacio, una familia, un siglo, una
región del norte. Esta novela es una visión moderna de los mejores elementos de
lo que antes fuera el realismo mágico.
El
siguiente libro de Martha Estela Torres Torres fue de poemas, Arrecifes de sal, presentado por el gran
poeta Carlos Montemayor; nada tendría yo que agregar a las hermosas palabras
que él expresó en aquella ocasión, y mejor ya me concentro en este que acaba de
salir, el que hoy presentamos.
Es su
primer libro de cuentos, aunque no ha sido la primera vez que conocemos textos
suyos de ese género, ya que ella es una escritora muy productiva y
constantemente publica y hace presentaciones personales.
Como
afirma en el prólogo el maestro Luis Nava, “este libro está ordenado en tres
partes, la primera corresponde a narraciones de la vida cotidiana, historias
sencillas, impregnadas de intenciones que superan la anécdota”. Este apartado
tiene 12 cuentos.
Se
decía de Balzac que para conocer el alma colectiva de su época, más que
consultar libros de historia o ensayos de sociología habría que leer el
conjunto de sus novelas, que él agrupó con el nombre de La comedia humana. Usando ese mismo concepto, si alguien quiere
conocer nuestro siglo 21 de Chihuahua, tiene que leer los libros de Martha
Estela Torres Torres, y es en este libro de cuentos llamado Árboles en mi memoria en donde esto se
ve más claramente, sobre todo en la primera parte.
Una
exuberante desfile de personajes va apareciendo en sus páginas, el junior que
rezonga con sus padres porque no le dan suficiente dinero, otro niño caprichudo
que le exige a Dios un celular y el Dish, el borracho trastabillante que llega
a su casa de madrugada y resulta que era otra casa, otra familia, otro retrato;
la mujer que quiso vencer sus complejos tirándose en el bungee; la bella
hechizada que va de compras y usa sus poderes, pero con discreción. Por cierto,
este personaje se parece mucho a la autora en esto de usar sus poderes con
discreción.
No solo
personajes aparecen en el escenario de esas páginas escritas con hermosa
claridad. También se revelan situaciones que llevan a la reflexión de manera
profunda, sin que la voz de la narradora en ningún momento haga interferencia,
sino al contrario, deja fluir la acción con gran destreza. Un ejemplo es la
graciosa anécdota que se despliega en el cuento “Las hormigas”, en el que la
vida cotidiana de dos esposos es el escaparate donde puede verse la presencia
nítida del amor sin aspavientos ni melodrama.
Otra de
las cualidades de este libro es el oído fino de la autora para recrear el
lenguaje, las palabras de uso. Cada personaje tiene aquí su propio estilo de
hablar y los giros idiomáticos que lo definen. Esto se nota en todos los
cuentos, y solo mencionaré uno como para ejemplo basta un botón: “Punta
diamante” donde se relata un viaje en autobús.
Vuelvo
a citar a Luis Nava autor del prólogo: “En la segunda parte la temática es
dramática y cercana a la propia autora. Aquí la propuesta es acompañarla en el
mundo real cotidiano del trabajo, los sueños, el amor, los recuerdos”. Son 18
cuentos.
Se
trata de textos más breves que en la parte anterior, y aquí el discurso
narrativo es más contenido y de mayor densidad, en la búsqueda de producir imágenes
de mayor simbolismo, sin perder la gracia del movimiento.
Va de
ejemplo este breve fragmento que es un retrato de las personas de la época que
corre: “Así vive esta joven del nuevo siglo, mientras otros de su edad se
desenvuelven en un mundo de júbilo, de reposo y de algarabía; a veces evadiendo
responsabilidades o simplemente evitando el esfuerzo, flotando sobre la abulia,
con falta de determinación para orientar y conducir su barca hacia un destino
superior”. Viene en el cuento “Princesa del siglo XXI”.
Otra
cita del prólogo: “En la última parte la temática de los cuentos nos lleva a
una dimensión desconocida. Relatos de transgresión de la realidad, de locura,
de obsesiones”.
Sin
salirse de su estilo que es fundamentalmente realista, la autora escribe en
esta tercera parte varios guiños hacia la literatura fantástica. Y su método es
exacerbando las sensaciones, contando los pormenores de la angustia o del
placer.
Vaya
como ejemplo este fragmento de su cuento “Visiones”: “El verde hiere mis
pupilas, el amarillo es relámpago que me obliga a cerrar los párpados, el rojo
es un intenso fuego que quema sin tocarme”.
Árboles en mi memoria, de Martha Estela Torres Torres, es
un libro muy vasto, guarda un abanico de sorpresas y la reafirmación de nuestro
espejo diario. Cuando termina uno de leerlo, surge la convicción de que ningún
tema se le ha escapado: Allí están el matrimonio, la traición, el buylling, el
narcotráfico, el delito, la muerte, la infancia, la gestación, la vida
empresarial, la académica, la literaria. La vida mexicana del siglo 21.
Febrero
2018
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