Mi hermano
[textos de Jesús Chávez Marín]
El 16 de julio, en la
ciudad de Chihuahua, dos pasajeros mataron a mi hermano Pedro Chávez Marín
mientras realizaba su trabajo de taxista.
Lo mataron por nada, por
robarle su carro de taxi, por el supuesto frenesí de matar. Han matado a otros
4 taxistas en lo que va del año.
Lo mataron por nada, por
robarle su carro, por el supuesto frenesí de matar. En esta ciudad han matado a
otros 4 taxistas en este año 2012.
Mi hermano Pedro fue un
hombre solidario; nunca permaneció indiferente a los problemas y al dolor de
los otros, y se ocupaba en resolverlos.
Murió Pedro, mi hermano
(nueve años) menor; su alegría, su corazón generoso, sus relatos llenos de
gracia se fueron de este lugar sombrío.
En la misa Liliana, hija
de Pedro, le pidió al padre Agustín Becerra que leyera unas palabras que ella
escribió: lluvia fresca de consuelo.
Mi hermano Pedro tiene
cuatro hijos: Maribel, Liliana, Lorena y David; solo en ellos puedo ver ahora
el reflejo de su mirada alegre y bella.
[Aforismo dedicado a mi
hermano Pedro Chávez Marín]. Sobre la tumba de un músico estaba escrito su
epitafio: sus manos fueron lluvia en una tierra exuberante y fecunda.
Había una vez un hombre
cuya vida fue jardín exuberante y libre. Me acuerdo que su sonrisa era arco
iris de regocijo en la lluvia. Que de sus manos y su amor brotaban árboles,
madroños, selva, piedras preciosas. Ríos. Recuerdo también con todo el cariño
de mi corazón que le nacieron tres hijas consentidas y hermosas, un joven
vigoroso y noble que fue su discípulo y su compañero de trabajo en un varias
empresas suyas: un estacionamiento, un bar amable y amistoso, una pizzería y en
otras andanzas en las que el padre y el hijo afanaron hombro con hombro: Carmen
Liliana, Jessica Maribel, Lorena Isela y Pedro David. Él fue mi hermano menor
[diez años], el señor Pedro Chávez Marín.
Julio 2012
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