jueves, 14 de octubre de 2021

El peso de la libertad. JChM

 

12. El peso de la libertad
 

 

Por JChM

 

 

Ya los dos estaban borrachos y con discusiones así nunca se sabe. Margarito muchas veces le había dicho que no tomara nunca con los clientes, que no les hiciera caso y se concretara a despachar en silencio lo que le pidieran y punto.

Pero al muchacho se le hacían largas las horas y se tomaba una cerveza aquí, un tequila allá. Además era medio alebrestado, nunca tuvo paciencia para lidiar a toda esa bola de habladores.

Ya nadie supo ni por qué se pelearon. Era muy tarde y casi no había clientela, fue por eso que estuvieron mucho rato alegue y alegue, hasta que el otro agarró al muchacho del cuello de la camisa y lo sacó del mostrador de un solo jalón, le puso un trancazo en la cara y lo estampó cinco metros atrás sobre el suelo lleno de aserrín mojado.

Lo malo fue que el muchacho traía fajada la pistola, así que en cuanto pudo empezó a balacear al otro con un coraje bárbaro. Cuando menos pensó ya lo había matado.

El cantinero llegó corriendo. Rápido se dio cuenta de todo y sin decir otra cosa le ordenó a su hijo que le entregara la pistola y se metiera rápido a la casa, que no saliera para nada.

Nos pidió de favor que le sostuviéramos la palabra, nos puso de acuerdo y se sentó a esperar casi tranquilamente, en calma alucinada, con la pistola en la mano.

Pagó con diez años de cárcel la libertad de su hijo.



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