Show de
una sociología mentirosa
Por
Jesús Chávez Marín
Domingo
18 febrero 1990. El programa de televisión Cámara
Infraganti se dedica a sorprender ciudadanos y ridiculizarlos ante las cámaras
para el mísero regocijo de televidentes dominicales. Lo produce un viejo gordo
vestido de tirantes y camiseta, con temperamento judicial y vocación de
moralista. El domingo pasado el programa se ocupó de exhibir cholos en las
calles y diversos lugares de Chihuahua y Ciudad Juárez. Se presentaron escenas
recortadas en donde los jóvenes cholos eran fauna exótica, prisioneros en jaula
electrónica de la edición convenenciera y manipulada.
Las
palabras eran borradas selectivamente por el zumbidito de la censura, para que
no se filtrase ninguna idea completa y no revelara nada que fuera a molestar a
los patrocinadores o alguien de “arriba”, o a las buenas conciencias, aquí disfrazadas
de sociología piadosa.
Los
entrevistados aparecieron mucho más ingenuos de lo que nadie hubiese imaginado
si antes ha leído sus aventuras en la nota roja. El subprocurador fronterizo
tartamudeó varios minutos antes de que el entrevistado dijera: “Muchas gracias
por tan valiosos puntos de vista, señor”. Un padrecito respondió las preguntas
muy preocupado en mostrarse cada segundo como un tipo buenísima onda, luciendo sus afanes de pastoral de periferia.
Al
final un doctor, notoriamente desinformado de los últimos logros de la
sicología social, despotrica contra todos ellos, con un leguaje medianamente
académico, pero pasadísimo de moda: “Los cholos me han desilusionado”, como si
aquellos no tuvieran más destino que ilusionar a neo investigadores.
Poco antes de cada corte comercial, unos actores demasiado chistosos hacían burla de
saludos y gestos, de los cuales los cholos antes parecieron sentirse tan
orgullosos.
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