Foto Jessica Aguirre Porras
Abril
Por Jesús Chávez Marín
Las mujeres
que nacieron en abril
encontraron al mundo
recién florecido.
Cuando ellas eran niñas
jugaban con tierra
en el jardín de su casa.
La primavera
circulaba en su sangre
con la sutileza y la fragancia
de la flor de cerezo.
Cuando las mujeres de abril
Tenían cinco años
enamoraban a la gente.
Quienes las miran
presienten en sus ojos
la clave de la felicidad,
y las otras mujeres
aprendieron en sus manos
secretos de la gracia.
En aquel tiempo
los niños vivían de fiesta,
el frío del invierno se había ido.
Una luz nueva calentaba
suavemente los juegos.
Años después
los ríos siguieron fluyendo cristalinos
entre arena y montañas.
La lumbre del sol fue madurando
la carne genital de las mujeres.
Los botones de todas las rosas
se abrieron en el pensamiento
de las jóvenes de abril,
señaladas por el arco de la luna.
Esas seductoras
Fueron bienamadas por los hijos.
Su mirada fue horizonte
de ternura
donde todos quisimos vivir.
Ahora, cuando alguna
pasa por la calle,
la miro desde el recinto civil
de un café,
y me acuerdo que conocí
a una de ellas,
le tuve cariño muchos años.
Y sé que su amor fue
manantial de enseñanza.
Abril 1992
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