Prólogo
Por Jesús Chávez Marín y Silvia Gómez Bueno
Como este es un libro de memorias, este prólogo será el relato de nuestra charla en la mesa de redacción, al cierre de este lindo libro que se llama Memorias de químicas. Decidimos escribir fragmentos de nuestra conversación, en los que el tema sea precisamente el de nuestro trabajo en la compilación y edición, que tanto hemos venido disfrutando. La letra s. minúscula corresponde los textos de Silvia; la j. los de Jesús.
j. Vi que trabajaste muchas horas, pero que tus colegas te respondieron
con rapidez y muy animadas. Reuniste los textos más pronto de cómo suele
suceder en este tipo de libros colectivos, donde hay que andarle dando carrilla
a todo mundo.
s. Como las conozco, no esperaba menos. Desde que surgió la idea de
dejar testimonio escrito de lo que fue nuestra vida estudiantil y académica en
el edificio de la Facultad en el campus
antiguo, no hubo rechazo. Hubo entusiasmo.
j. Una de las particularidades de esta obra, es que reuniste solo
textos de autoras mujeres. ¿Por qué?
s. Fueron las que dieron respuesta. Yo invité a muchos.
s. Quiero comentarte que la idea de este libro es colectiva: surgió a
raíz de que en el programa de la xxxiv
Semana de química estaba incluido
un acto llamado “Despedida a las instalaciones de la Facultad de Química en el
viejo campus”, ya que ahora la facultad estrenó su nuevo edificio en el campus ii. Para participar en esa despedida,
una de nuestras acciones fue iniciar este proyecto de escritura.
j. Me parece muy hermoso y original que a una comunidad de científicos
se les ocurra escribir un libro de relatos y que se exprese tanta calidez,
alegría y nostalgia en esos textos. El ambiente en Química es más parecido a
los de escuelas humanísticas como Bellas Artes y Filosofía y Letras.
s. Tanto con egresados como entre los compañeros maestros reina la
camaradería, la confianza y la amistad, es relativamente fácil llevar a cabo un
proyecto como este. Agrégale a esto el gran cariño que se le tiene a la
facultad; y aquí tienes los resultados.
j. Una de las cosas que me parecieron más atractivas en el estilo de
este libro fueron las personalidades diversas que se manifiestan entre las once
autoras: como ejemplos, la alegría casi de niña de quien recuerda su vida
estudiantil: “yo era conocida como la niña del chicle”; la delicada mezcla de
ironía y nostalgia: “...y hasta nos daban $40 a cada uno para comer, ¿cómo la
ven?”; o esta otra donde se relata que con el propósito de juntar recursos
económicos para viajar, lavaban carros “en el estacionamiento del centro
comercial más cercano (je, je el único)”;
o la notable capacidad de síntesis de quien hace un relato “de mi
carrera en mil palabras”. La verdad que para mí como editor resultó un libro muy
atractivo y lleno de gracia.
s. Es realmente emotivo conocer los sentimientos de las personas, sus
recuerdos, nostalgia y episodios de la vida estudiantil. En esa etapa todos
somos auténticos y amamos los espacios, tal vez porque en ellos se dieron las
situaciones y como comenta una autora “creo que aún siendo solo cemento y
ladrillo, esas paredes serán el resguardo de emociones, conocimientos,
experiencias, risas, tristezas, en fin”. Otra autora ingresa a Química sabiendo
que esa era su vocación, pero dice: “más lo supe el día que conocí a los
microorganismos”. Ese día supo que su pasión serían los bichitos, como
cariñosamente los llama.
El recordar con nostalgia a los maestros: “y valoro aquella relación
tan cercana de maestro-alumno donde el respeto y el afecto siempre estaban
presentes”. Cuántas historias de amor, recuerdos y vivencias ahí. Otra autora:
“vi encuentros y desencuentros, desarrollarse a jóvenes que ahora son
reconocido profesionistas en la química y la ingeniería”. “Éramos jóvenes y llenos de alegría y entusiasmo, y
este no estaba reñido con el trabajo y el respeto”.
j. Pues esa es la esencia en la escritura de este libro: el tiempo y la
vida. Los espacios y las personas. Esperemos que los lectores disfruten tanto
su lectura como nosotros disfrutamos la realización de este cuaderno de
recuerdos.
Diciembre 2009
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