sábado, 15 de septiembre de 2018

Erives el teatro

Erives el teatro

Por Jesús Chávez Marín

En un café del centro, el actor Oscar Erives espera la llegada de un grupo de teatro de Durango que viene a presentar un montaje de El suplicio del placer, de Sabina Berman. Más tarde habrá de instalar en su hotel a los visitantes, estará al pendiente de que haya para ellos una cena sabrosa y los llevará personalmente en su camioneta Dodge Dart al Teatro de Cámara donde se presentarán el sábado 18 y domingo 19 de mayo de 1991. Mientras, acepta conversar un rato con el reportero de Auraed, que soy yo.
Estas son algunas de las mil tareas y trabajos de los que con naturalidad se ha tomado todos los días y durante toda su vida Oscar Erives por su gran amor al teatro. Además de una intensa carrera como actor (actualmente participa haciendo personajes principales en dos montajes: Traición y Los justos), desde diciembre Erives preside la recién fundada Asociación de Teatristas Unidos de Chihuahua, el ATUCH.
―Oscar, ¿cómo les fue con Traición?
―¡Maravillosamente bien! Terminamos esta primera temporada con gente a la puerta exigiendo boletos para entrar y como el tipo de montaje de Mario Humberto Chávez hizo que el cupo fuera limitado a solo 25 personas por función pues, imagínate, los últimos días todo mundo quería ver Traición a como diera lugar. El penúltimo día admitimos 45 espectadores, quienes se apretujaban en la recámara de la quinta escena, y todavía se quedó gente afuera. A ver cómo nos va en la temporada siguiente, que será del 26 de junio al 15 de julio.
―Esta respuesta de la gente para una puesta en escena de teatro chihuahuense es resultado de muchos años de trabajo por parte de ustedes. Es claro que ya tienen un público formado y exigente, que sabe de teatro, ¿no crees?
―Por supuesto que sí.
―Oye Oscar, cuéntanos la historia de la Asociación de Teatristas.
―Pues mira: ya hace algunos años había esta idea por parte de Fernando Saavedra, de Enrique Hernández Soto, también lo intentó Fernando Chávez Amaya; fueron proyectos efímeros, que no lograron consolidarse por distintas razones. Luego el año pasado el INBA y el Instituto Nacional para la Cultura y las Artes enviaron a todos los teatristas del país un documento llamado Programa nacional de apoyo al teatro donde se convoca a los grupos de cada estado para que se constituyan en asociación y propongan un proyecto colectivo de trabajo escénico por período anual.
―¿Cuándo llegó esa convocatoria?
―Fue en agosto de 1990. Entonces nos empezamos a reunir en Bellas Artes de la UACH los directores de los distintos grupos de teatro. Analizamos el documento y fuimos redactando nuestro propio texto, adaptándolo a las necesidades y a los problemas concretos de la ciudad. Se decidió que yo llevara este nuevo documento al Foro Nacional que se instalaría en Monterrey, en el marco de la Muestra Nacional de Teatro.
―¿Cuál obra representó a Chihuahua en esa Muestra?
―Fue Fin de partida de Samuel Becket, dirigida por Fernando Saavedra. A mí me tocó participar como actos en esa que vino a ser la despedida de Fernando, del teatro y de la vida.
―¿Qué sucedió en ese Foro Nacional? ¿Cómo les fue?
―Todavía no te podría decir cómo nos fue. Cada estado de la república estaba invitado a participar y la mayoría presentaron proyecto. Pero hasta hoy no ha pasado nada, no hemos recibido respuesta.
―¿La convocatoria ofrecía algún presupuesto?
―Si, supuestamente se entregarían cuarenta millones a los teatristas de cada estado como apoyo para gastos de producción de sus trabajos. Pero como te digo: hasta hoy todo ha quedado en palabras.
―¿Qué sucedió después, cuando regresas de la Muestra?
―Voy con los directores para informarles. Todo este asunto marcó aquí el arranque de la Asociación. Nos habíamos venido reuniendo cada semana los directores y los representantes de los grupos. Había buena disposición para formar una asamblea.
―¿Se pretende asociar a grupos o a individuos?
―La asociación está formada por personas, independientemente del grupo de teatro donde trabaje. Se invitan actores, directores, dramaturgos, escenógrafos, tramoyistas, toda gente de teatro.
―¿Se constituyeron como asociación civil?
―Ante notario y todo. El 5 de diciembre de 1990 celebramos nuestra primera reunión oficial. Elegimos mesa directiva: yo fui nombrado presidente, como secretario quedó Luis David Hernández y como tesorera Micaela Solís. Nos pusimos de inmediato a trabajar: hicimos las temporadas sucesivas de Los justos, Traición, hemos invitado grupos visitantes; antes hubo también aquel festival de teatro en homenaje a Saavedra y en junio tendremos la Muestra Estatal de Teatro 1991 con 16 puestas en escena, una diaria, en el Teatro de Cámara.
Junio 1991

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