Por
Jesús Chávez Marín
En
la tradición judeocristiana todos los ángeles, arcángeles y querubines tienen
conchudamente nombres masculinos: Miguel, Gabriel, Rafael. Pero en la ciudad de
Chihuahua, como signo de nuestra modernidad, vive y escribe un ángel femenino
llamado Gabriela Borunda. En su primer libro de poemas hay unas líneas, unos
versos, estrictamente autobiográficos, en los que ella anuncia:
Tomé
conciencia de mi vida
de
mis huellas en la tierra, de la tierra misma
y
de los seres que la poblaban.
(…)
Concluí
que si un ángel
caminaba
por las calles de esta ciudad
no
podría menos
que
llamarse Gabriela.
Con
esta sencillez la autora manifiesta su mirada, su punto de vista femenino sin
el conflicto ni el drama que suelen existir en las voces de mujeres que tanto
se estrujaron el alma y la memoria para expresarse. No hay estorbos ni tonos
falsos en estos bien destilados textos: la primera sorpresa para el lector es
su claridad, su transparencia.
Leer este poemario fue para mí
placentero porque hallé en sus versos elementos que aprecio: el humor, la
precisión, la honestidad, historias bien contadas, imágenes de certera
originalidad, símbolos cotidianos bien utilizados y una redacción sobria,
equilibrio en el manejo de la emotividad a veces al filo del melodrama y de la
pornografía. Pero sobre todo una visión coherente y exacta.
Hace unos días Hugo Gutiérrez Vega nos
dio una frase más del viejo lugar común de lo que es la poesía. Dijo: “La
verdadera poesía es una visión del mundo. En ella están la angustia, el gozo,
el asco, la rabia por lo que nos pasa a todos los seres del mundo”. Entre esos
elementos el más difícil de expresar es el gozo. La mayoría de los textos de la
tradición literaria en nuestro idioma están escritos desde el lado del
sufrimiento. Hay mucha angustia y rabia. Y muy poco placer, menguada alegría y
escasa felicidad. Por ello me sorprende el tejido de este libro de Gabriela
Borunda, compuesto con hilos de gozo, tonos de placer, matices de fresca
madrugada con aromas de tierra húmeda, lluvia y arco iris. Su canto es
profundo, secreto y sensual.
Gabriela cuenta aquí muchas historias,
algunas muy regocijantes y divertidas; otras algo dramáticas, pero todas con
ese matiz de ironía que a esta autora le funciona bien y da buen humor a su voz
poética. Mucha gente hay también en estas historias: cuatro jóvenes que hacen
el amor en una alfombra voladora sobre la ciudad; una mujer que espera trémula
la inminente llegada de la esposa de su amante; una muchacha que sin más
preámbulos entra en la habitación de los espejos.
En este conjunto de textos habita una
voz lírica llena de recursos expresivos. Leyendo libros como este, uno quisiera
que nuestra sociedad tuviera la sensibilidad suficiente para aprender de esta
joven escritora secretos de la felicidad que le hacen falta a los hombres, a
las mujeres, al siglo.
Borunda, Gabriela: Biografía de la luz. Editorial Universidad Autónoma de Chihuahua. México, 1994.
Borunda, Gabriela: Biografía de la luz. Editorial Universidad Autónoma de Chihuahua. México, 1994.
Abril
1994
En 1994, cuando era jovencita, publicó Gabriela Borunda su primer libro, Biografía de la luz, que habría de ser emblemático porque inició una nueva forma de escribir poemas en Chihuahua.
ResponderEliminarSaludos!!! Me gustaría adquirir un ejemplar o copia del libro para un proyecto de investigación ¿dónde es posible conseguirlo? o bien, si pudieras darme el contacto de la autora para preguntarle, gracias.
ResponderEliminarEl libro está agotado y no se ha vuelto a imprimir. La autora es maestra en el Colegio de Bachilleres número 8, allí la puedes hallar.
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