La caravana de Capulina
Jesús Chávez Marín
A Julieta Venegas de plano le echaron a
perder su concierto en Chihuahua. En el magnífico escenario natural y
tecnologizado de El Palomar amontonaron grupos "abridores" como si no
hubiera mañana.
Primero
apareció Limo, chavos animosos que empiezan su carrera de galeotes de la
música, arduo camino que en esta ciudad tienen que aventarse todos los artistas
frente a un público siempre frío y desdeñoso. Luego el grupo For, con una
cantante bonita pero gritona y fastidiosa; y aunque los músicos tocaban
realmente muy bien, salieron con covers que estuvieron de moda hace 20 años y
que siguen siendo populares pero nada frescos. Más aun, cometieron el autogol
de poner en la pantalla principal al centro del escenario videos de las
canciones, con los artistas originales, y eso arruinó por completo su propia
identidad artística como grupo. Trataban de que sonara igualito al original y
hasta de sincronizar la pronunciación de las letras con la buena voz, aunque
maleducada, de la cantante.
Luego salió una
banda que se llama El Último Real, que verdaderamente fue lo mejor de la noche.
Se almorzaron a la mismísima Julieta con su música original, obra propia, en la
que cada artista era perfecto ejecutante de su instrumento; especial toque
norteño que sonaba extraño interpretado por estos músicos de rock clásico pero
que le daba un plus sorprendentemente alegre. Quizá tuvieran cierta influencia
de las bandas La Maldita Vecindad y el mítico grupo de Tijuana, Nortec, pero
muy asimilados en su propio arte musical.
Los torpes
organizadores no tuvieron la menor conciencia del reloj, pues el tempo de este
multiconcierto más parecía el de aquella caravana Corona que en los años cincuentas
del siglo pasado, hacían desfilar artistas por docenas, uno tras otro, en el
escenario del antiguo teatro del cine Colonial de Chihuahua, al cual hoy se le
conoce como Teatro de la Ciudad.
Entonces, por
si no fuera poco, todavía salió el grupo de Barranquilla, Colombia, llamado 69
Nombres; una fusión de entre rock y ritmos afroantillanos, pero que todas las
canciones sonaban igualitas.
De esa manera,
cuando por fin salió Julieta Venegas, una hora tarde de lo que estaba
programada, ya medio mundo estaba de lo más fastidiado. Algunos de plano abandonamos
el lugar cuando ella apenas iniciaba su tercera canción.
Febrero 2014
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