La danza de las moscas
Por Jesús Chávez Marín
Quisiera no tener que hablarte, amada,
de mi vida estrecha en estos días.
No son oportunos los lamentos,
es pesada carga oírlos.
Esta noche de insomnio atormentado
varias moscas, tercas, me torturan
y me señalan como carne muerta
con su aguijón sucio y con su vuelo.
¿Que anuncian estas brujas oscuras
con su danza vulgar?
Basura soy del tiempo, o lo parezco,
y son ellas ruido de esta pequeña muerte.
Quiero que tu luz me perfume
que tu voz en el teléfono sea
la salvación de la madrugada,
cuando manchado y turbio te salude.
Mas prefiero no llamarte, vida mía.
En un destino solitario
las palabras deben ser cuidadosas.
El cordón del teléfono es frágil.
Tal vez mi suerte, con la luz del día,
cuando esta madrugada se limpie
de tantas quimeras irregulares,
me permita mirar, en tu bello rostro,
la novedad de mi propia vida.
Junio 1996
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