Polvo de humo
Por Jesús Chávez Marín
Hubo una vez una noche.
La noche llena de ruidos y luces,
la noche sucia de la ciudad,
la noche de perros y llantas,
la noche preñada en resplandores,
la noche indiferente y seca,
la noche donde se oye el eco de
llantos
la noche doliente de aleteos
la noche polvorienta
quebrantada,
la noche que se burló los amores,
de los odios
de fantasías marchitas.
Aquella noche se fueron
mis amigos.
Ya no me conocen, ya no saben
mi voz.
Callaron
sus manos afectuosas.
A la mañana siguiente era un
solitario
ante el sol rabioso
de un páramo
arenoso, estéril.
Febrero 1985
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