En la foto Federico Urtaza
Revista de cuento, poesía y ensayo
Por Jesús Chávez Marín
En este mes la revista Palabras sin arrugas cumple cinco años de edad: Una mirada retrospectiva al importante trabajo de reconstrucción cultural realizada por estos jóvenes escritores chihuahuenses es el mejor homenaje que podemos hacer para unirnos a la alegría de esta celebración.
La revista fue fundada por Lourdes Carrillo y Federico Urtaza cuando ambos eran estudiantes de la Escuela de Derecho de la Universidad Autónoma de Chihuahua. Una de las motivaciones para iniciar este trabajo de escritura fue el constituirse en uno de los muchos señalamientos de esa fecha histórica, uno de los tantos no se olvida de aquel tiempo de sangre joven derramada en las calles, de buitres delirantes desde el trono. Por eso el primer número de Palabras sin arrugas apareció el 2 de octubre de 1978. Y a pesar de que solo han aparecido trece números, la revista ha tenido cierta continuidad y la consistencia suficiente para ser hoy una de las presencias del espíritu crítico, del oficio de la escritura; como diría Mario Benedetti, del ejercicio del criterio.
Quizá el valor más notable de esta revista sea su independencia: el grupo de jóvenes que la edita no tiene compromisos de publicidad, ni de doctrinas constituidas en aparato político o religioso, ni se rechaza a ningún colaborador que presente un trabajo consistente.
El grupo además, edita su propio material echándose a cuestas el enorme trabajo de imprimir, compaginar, distribuir, seleccionar.
Ediciones La Plancha, guiño sonriente con el que hacen llamar a su ejercicio de difusión, es un verdadero taller literario: se reúnen con alguna regularidad para criticar los trabajos propios y ajenos, para discutir la literatura, para tejer amorosamente su revista.
Es entonces cuando podemos tener a la mano las alquimias de Héctor Jaramillo, sus excelentes cuentos y poemas; los luminosos textos de Rogelio Treviño, carismático velador y poeta, a quién, por cierto, le publicarán dentro de pocos meses su Lámpara de la piedra en una editorial del D. F; la construcción de una filosofía antisolemne, que es como nombra Jorge Benavides a sus ensayos; los poemas de Lourdes Carrillo, Enrique Servín, Josías Vargas, Héctor Varela Unive, Gabriel Ortíz, Rubén Mejía, Alfredo Espinosa, Daniel Torres Jáquez, Gabriel Ortiz; el excelente cuento de Sergio Durán llamado Un acto de amor (en el número 11de la revista); las chispitas de ingenio de Rubén Nevárez en Los trabajitos y los diítas o El Cabuz (Caras vemos, taras no sabemos. El hombre le debe a Eva el valor y la duda/la mujer le debe al cómplice hombre la celda del hogar dulce hogar); las traducciones de textos en otros idiomas que producen Enrique Servín, César Santiesteban y Federico Ferro Gay; y una nómina abundante de autores chihuahuenses.
Por todo esto y por lo que vendrá; nuestra página Aura se une hoy con amistad y afecto, a los colaboradores y editores de Palabras sin arrugas en la celebración de su quinto aniversario y se une también a la esperanza de tiempos mejores, de espacios más propicios para el ejercicio de nuestro oficio, la escritura.
Octubre 1983
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