Foto Pedro Chacón
Cerezo roja
Por Jesús Chávez Marín
Al final de un valle por donde yo
caminaba
te hallé selva oscura, diamante
iluminada.
No había vereda, empecé a construirte;
solo de esa manera podría seguir la
marcha.
Busqué una orilla para encontrar el hilo,
supe que como Ariadna habrías dejado
alguno.
Y que en el extremo que entre la fronda
se escondía,
habías puesto mi nombre con tu letra
escolar, adolescente.
No solo eras la flor de cerezo, la que hoy
me mira
Eras además la arboleda vasta y la
sombra y la fruta.
Arco iris tu anillo en el horizonte de mis
manos que escriben.
Para imaginarte llegué a este lugar, allí
mismo lo supe.
Y esta vez la imaginación fue una brizna
de hierba,
una chispa en la oscura selva a la que
entraba. Tu vida.
Septiembre 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario