domingo, 23 de octubre de 2016

Luis Carlos Salcido. Chmvl.


Chihuahua me vuelve loco

Por Jesús Chávez Marín

A partir de mañana (lunes 1 de octubre de 1990) empezará circular aquí una revista muy bien diseñada, que ofrecerá a su sociedad servicios que nos andaban haciendo falta. La revista se llama Chihuahua me vuelve loco y su director es Luis Carlos Salcido. El núcleo de la publicación es una cartelera mensual, una marquesina, una agenda de espectáculos, cultura y turismo donde visitantes o ciudadanos que quieran salir de noche, o de día, encuentren información de a dónde ir. ¿Una buena película?, ¿una obra de teatro?, ¿un buen restaurante, un bar exclusivo?, pizzas, tacos de chinchulines? La programación de las conferencias que habrá en el mes, los cocteles que se organizan cada semana, exposiciones de pintores, dibujantes, fotógrafos, quién hablará sobre apaches o sobre poesía japonesa. En el primer número vienen además textos interesantes: uno sobre magia y energía que escribe El Mago León, un cuento precioso y sorprendente de Sofía Casavantes, una crónica de viajes titulada “El valle de las cuevas”, de Manuel Valdez. Incluye la programación de Expogán, de las Jornadas de Otoño en el Teatro de los Héroes, que este año serán especiales porque coinciden con el festín de los 10 años del Complejo Cultural y Artístico. La revista será mensual, aparecerá los días primeros de cada mes. El regio coctel de presentación será mañana lunes, en el Salón Cerro Grande del Hotel El Dorado, a las 8:30 de la noche y todos los lectores de Por si usted no lo sabía quedan invitados.

Septiembre 1990

domingo, 9 de octubre de 2016

El foro de Mario Arras



Poetas en la ciudad de Chihuahua

Por Jesús Chávez Marín

Nuestra ciudad tendrá qué agradecerle a Mario Arras y a Sherry Russek por haber fundado hace dos años este foro de poesía, que ojalá tenga larga vida. Resulta insólito y extraño instalar un foro de poetas en plena era de “liberalismo social.” A pesar de todo, en este tipo de sociedad también viven hombres de ideales altos, trabajadores y profesionales que son valientes y saben ver más allá de los pequeños intereses domésticos y personales: los artistas, músicos, actores, pintores y poetas.

En las historias de toda sociedad es claro registrar la influencia de un pequeño grupo de poetas. Su presencia en la creación de imágenes, palabras, usos de lenguaje, de una actitud crítica vivaz, en la información de conceptos. La literatura es forma de conocimiento, quizá de las más efectivas porque no solo involucra conceptualización sino sensibilidad y visión estética. En nuestra sociedad de Chihuahua viven algunos poetas y sería fácil detectar su influencia, a pesar de que el número de los lectores en el mundo parece disminuir ante la omnipresencia de los medios electrónicos.

La presencia de los poetas en la ciudad de Chihuahua está en sus textos publicados en revistas literarias, en canciones de Eskirla y otros grupos de rock. En conciertos de Juan Daniel Vargas y Arcelia Paz. Antes, los periódicos locales también publicaron poemas, pero la literatura quedó expulsada de sus páginas desde hace varios años. Según los dueños y directores, la poesía “no vende”, no produce ganancia ni contratos de publicidad, además a nadie le interesa. Están convencidos de que el lector chihuahuense solo quiere leer notas policíacas, entre más sangrientas mejor. Historias de la corrupción de algún político o narcotraficante que haya caído de la gracia del régimen. Insulsos relatos de sociales, bodas, bautizos, despedidas de soltera, inauguraciones de locales comerciales. Chismes del último acostón de los reyes de Inglaterra o los duques de Mónaco. Opiniones de las estrellas de televisión Argumentos de telenovela, que siempre serán iguales a las ochocientas anteriores, y que los periódicos copiaron del último número de Teleguía.

Jamás se les ocurre a los dueños de la industria periodística que el lector medio sí podría interesarse por leer textos poéticos, cuya efectividad está en ser distintos y bien escritos, en medio de tantos tantos anuncios de comercio que, por cierto, la prensa local presenta con diseños deformes, pésima redacción y, frecuentemente, con mala ortografía. En Chihuahua sí se lee poesía. La prueba más evidente es la presencia constante de revistas literarias que hallan espacio y lectores.

Al periodismo industrial le resulta incómodo publicar textos de ciudadanos bien informados y con una postura crítica ante la sociedad, como es el caso de los escritores de la ciudad de Chihuahua. Esos textos podrían incomodar a los anunciantes, sobre todo al cliente más deseado por todos los medios: el gobierno, que es el que más gasta en espacios de publicidad. En ciertas épocas, como por ejemplo en periodos electorales, esa forma de censura se vuelve más agresiva. Es sintomático que el suplemento ProLogos, después de tres años de trabajo excelente, que no le costaba ni un peso a la empresa, fue despedido para siempre del periódico Novedades de Chihuahua, a principios de 1988, año de elecciones.

Los espacios literarios que existieron en los periódicos, fueron cancelados: Cosecha, Signo sobre signo, Letras al margen y Espejismos en el Heraldo. Tragaluz, Aura y ProLogos en Novedades. La página cultural que editaba Rubén Alvarado en El Norte. El Diario de Chihuahua, por su parte, ha rechazado todos los proyectos que han sido presentados por diversos editores culturales a los sucesivos directores que ha tenido desde que se fundó en esta ciudad en 1985. Vanguardia saca los domingos un suplemento de anodino diseño y con textos de refritos revueltos con recetas de cocina y dos o tres autores chihuahuenses que han sido invitados a colaborar. Pero ese semanario no se edita en Chihuahua sino en un periódico de la cadena Vanguardia en Saltillo, Coahuila; no publica poetas locales ni trata asuntos de interés regional.

Lo cierto es que a los periódicos locales, a todos, la calidad de la escritura les importa un comino; el mismo aspecto periodístico, informativo, parece no interesarles con tal de que su oficina de publicidad esté bien puesta y sus costos de producción se reduzcan.

En cambio las revistas culturales publican poemas en espacios privilegiados, respetuosos y bien editados. Hay algunas que ya no circulan, desaparecieron por diversas causas, casi siempre por falta de recursos económicos; en su época fueron importantes lugares de trabajo y formación literaria para los poetas que hoy siguen su oficio.

Fueron las revistas Palabras sin arrugas, Media hora, Cartelera, Chihuahua me vuelve loco, el periódico de poesía Pie alado y el semanario La calle.
Las revistas literarias que siguen saliendo son: Azar, Cuadernos del norte, Finisterre, Synthesis, Letras y algo más, Primer tiempo y Metamorfosis.
Los problemas de esas publicaciones son administrativos. No consiguen consolidarse como empresas en el aspecto económico y enfrentan dificultades de circulación para vencer la inercia de un mercado local, saturado de revistas que se producen en la ciudad de México producidas a todo color, en papel caro y fino y a mejores precios. Se ofrecen en las librerías montones de Vanidades, Contenido, Proceso, Eres, Teleguía, Cosmopólitan; incluso hay mercado chihuahuense para revistas norteamericanas en inglés y para revistas españolas.

Pareciera que las revistas literarias quedan reducidas a un pequeño círculo de lectores, los que frecuentan los ambientes culturales. Poemas que solo encuentran como lectores a otros poetas. Sin embargo cada vez se ven más ese tipo de revistas en otros ámbitos, otros lugares, otros sectores de la sociedad y su circulación ha ido aumentando, aunque no logran rebasar los modestos tirajes de quinientos a mil ejemplares, y su inconstante periodicidad bimensual, semestral y hasta anual en algunos casos. Por otro lado son pocos los autores que han logrado la publicación de un libro de sus poemas. A veces porque la obra de esos poetas no ha logrado consolidarse, alcanzar la unidad y la extensión necesaria que requiere un libro de poesía. Pero, en la mayoría de los casos, la razón es que no hay editoriales locales o cercanas que publiquen libros de poesía.

La editorial Praxis-Dosfilos, de Zacatecas, ha publicado cuadernos de poemas a varios autores chihuahuenses y aquí el gobierno del estado ha producido dos volúmenes del género. Pero la distribución de esos textos es casi nula.
También recientemente se han ido formando talleres literarios, que han resultado importantes para los oficios de la escritura: el taller del INBA que coordina Mario Arras; el taller de poesía de Enrique Servín en la Quinta Gameros; el taller de literatura del Tecnológico de Monterrey que coordina Micaela Solís y el taller del Centro de Educación Artística, Cedart, a cargo de Guadalupe Guerrero. Sería deseable que cada taller pudiera generar su propia publicación y además que hubiera más talleres, ¿por qué no?, ya que estos cuatro han funcionado.

Por ahora parece que la presencia más importante de textos de poesía sigue estando en las revistas. Estas son un producto colectivo que no generan salarios; no deja de ser extraño e impresionante que un grupo tan extenso de personas insista en seguir trabajando gratis en un oficio que es tan importante para ellos como lo es para la sociedad. Y no se trata de pocas personas. Si enlistamos a quienes publican, podríamos levantar de memoria una lista con casi cuarenta poetas de la ciudad de Chihuahua: Enrique Servín, Alfredo Jacob, Guadalupe Guerrero, Alfredo Espinosa, Enrique Cortazar, Lourdes Carrillo, Rodolfo Borja, Margarita Muñoz, Rubén Mejía, Luis Nava Moreno, Óscar Robles Cereceres, Ana Belinda Ames Russek, Gabriel Borunda, Gaspar Gumaro Orozco Moreno, Ernesto Visconti, Héctor Contreras López, Guadalupe Salas, Juan Daniel Vargas Frescas, Margarita Etchechury, Hildeberto Villegas, Guillermo Hernández Orozco, Susana Avitia Ponce de León, Raúl Sánchez Trillo, Micaela Solís Torres, Silvano Flores, Lilly Blake, Ricardo Seira Feliz, Manuel Pérez Tejada, Josías Vargas, Bertha Falomir, Héctor Jaramillo López, Leticia Santiesteban, Arturo Rico Bovio, Sergio Durán, Flor María Vargas, Daniel Torres Jáquez, Mario Arras Rodríguez, Ramón Antonio Armendáriz, Josefina María Cendejas, Federico Márquez, Magda Chavira, Rogelio Treviño, Elvia Esparza, Rafael Cárdenas, Margarita Aguilar, Ricardo Seira Feliz, José María Piñón, Juan Guerrero. Por supuesto, este censo no es completo, pero sí registra a los más activos. Hay otros poetas nacidos en esta ciudad, pero no radican ni publican aquí y no enfrentan la situación descrita, que hoy quiere referirse exclusivamente a los “medios” de la ciudad de Chihuahua.

Es de esperarse que la presencia de estos poetas, quienes con tanto profesionalismo enfrentan su oficio, encuentre más espacio en su sociedad: lectores, editoriales, foros como este, que vayan informando un público amplio e informado. [Texto leído en el Foro de Poetas, Teatro de Cámara, ciudad Chihuahua].

Marzo 1992

lunes, 3 de octubre de 2016

Victoria Chavira Rodríguez



Un domingo feminista en el Paraje

Por Jesús Chávez Marín

El domingo 17 mayo 1986 me perdí el único desayuno tranquilo de la semana y de la lectura atenta de la columna de Dominique. Llegué al Paraje de los Indios muy temprano, pero no a bailar con Beto Díaz sino al Foro de las mujeres que organizaron nueve agrupaciones, algunas de raros nombres como Club de la opinión y difusión de la libertad (CODIL), muy al estilo gabacho, o Rescate de los derechos humanos (REDH) y cosas así.
Nos recibieron cuatro señoritas vestidas de blanco perla con un distintivo anaranjado ceñido al brazo que decía ANCIFEM. Cobraban una cooperación voluntaria no menor de quinientos pesos y nos sometieron a un amable interrogatorio: nombre, edad, domicilio, teléfono, ocupación y de parte de quién veníamos. Anotaban cuidadosamente esos datos en dos registros diferentes.

Nuestra primera sorpresa fue el orden: todo puntual, muy educadito y fresa, con el discreto encanto de la burguesía. Atrás del presídium se alzaba un cartel o manta con pretensiones de mural: una rosa roja y una mujer de cabello largo y ensortijado que caía en cascada sobre un letrero rosado que clamaba: “por la dignidad de la mujer y respeto al pueblo de Chihuahua, foro: de la mujer.”

La segunda sorpresa fue que el maestro de ceremonias, quien tenía a su cargo exponer los objetivos y manejar la dinámica del foro, era un hombre guapo que hacía juego con el cartel. ¿Estará naciendo en Chihuahua un nuevo tipo de feminismo pluriclasista en el que por fin participen los jóvenes vanguardistas, por lo pronto amaestrando ceremonias?

El foro se dividió en dos grupos de participantes y una sesión general de preguntas. En el primero, que comenzó puntual a las diez, siete mujeres hablaron sobre los problemas del sector que representan: dos amas de casa, una joven comerciante, dos mujeres campesinas y una profesionista.

Las amas de casa hablaron de su situación como mujeres ante la crisis económica que las ahoga: aparte de su trabajo en el hogar, han tenido que iniciar otras actividades para ayudar al mantenimiento de la familia, completar el gasto. Un solo sueldo ya no alcanza. Dicen que a ellas no les importa si hay o no concursos de belleza. Sus problemas son otros. Mucho más concretos y angustiantes: dar de comer a siete hijos; enfrentar de la noche a la mañana la viudez prematura, como es el caso de Irma Domínguez. “Las noches se me hacían días.” Y la pregunta fundamental que inicia su reflexión ante la vida es: ¿qué voy a hacer? Varias de ellas en este foro incluyeron esa frase en su discurso.

Cecilia Trillo, obrera de una fábrica maquiladora en Juárez, dice: se habla mucho de las (supuestas) ventajas que ofrece la maquiladora, pero mi experiencia de catorce años solo me ha dejado la simple sobrevivencia que da un sueldo mínimo, sin otras oportunidades de desarrollo. A la maquila solo le importa la producción, no la persona que hace el trabajo. Dos mujeres campesinas de Sisoguichi y Bocoyna, con mucha capacidad narrativa, hablaron de su lucha en el ejido. Una de ellas es la presidenta de unidad agrícola industrial para la mujer. La otra es suplente del presidente del comisariado ejidal. Dicen que han luchado al parejo con los hombres, a veces con mayor decisión que ellos. Han querido frenarlas con demandas, totalmente injustas, y hasta con balazos. “Gracias a Dios que esa vez le erraron, no me tocaba, por eso puedo ahorita estar aquí contándolo”, platica muy sonriente Felícitas Cardona. Al final participó una joven médica cirujana. Contó la discriminación que sufre la mujer profesionista. Pero como ella misma dice, a una mujer decidida eso no logra frenarla.

El maestro de ceremonias habla al último, indica que hay que irnos breves con las preguntas o comentarios. Hay poco tiempo. Una jovencita empieza, lee en voz alta las notas de un papelito: “estas preguntas van para la señorita de la maquiladora, mira yo trabajo también en una empresa maquiladora, aunque no de obrera, claro. Por eso sé que la gerencia sí se preocupa por ustedes. No son ahí solo un número de producción. A la gerencia le interesa siempre tener contento al personal porque…”Aquí varios chiflidos rasgan el discurso de la muchacha. El locutor hace tronar su ronca voz por el micrófono: “pido respeto” (¿para la dama de la maquiladora?, ¿para las que chiflaron?, ¿para sus castos oídos?). “El que tenga ganas de chiflar, que se salga.” Restituido el orden, la señorita sigue leyendo el papelito: “Yo le pregunto a ella (a Cecilia) que si no está a gusto en la maquila, por qué continúa allí. Yo nada más digo que si no fuera por este tipo de empresas muchas de ustedes tendrían que trabajar de servidoras en alguna de nuestras casas.”

Cecilia, con voz serena, le contesta: ”Trabajo ahí porque de algo tiene uno que vivir. Y eso de que la gerencia se preocupa por nosotros yo no sabía, qué bueno que en la empresa en donde ella trabaja sí se preocupen y nos valoren, que ella sí nos valora. Pero ella no es toda la sociedad. Yo simplemente comunico mi experiencia.”

Hubo para Cecilia otras preguntas y muchos aplausos. Pero el tiempo se acabó y vamos a un receso. “Hay sodas gratis”, dice el locutor. Todo mundo se levanta, cada quien se va con el grupito de sus conocidos. Por el amplio salón caminaba el exdirector de Servicios Especiales de la Polícía Municipal, quién se hiciera famoso cuando actuó contra los acereros. Toda la mañana se la pasó de pie, observando nervioso y vigilante. También andaban empresarios panistas, con la paz que a su alma da tener la fortuna familiar en dólares, depositada en bancos extranjeros. Ahora hasta pueden gastar berrinches políticos de indignación ante lo que aquí llamaron “los acontecimientos del verano pasado.” En grupos menos nutridos conversaban otro tipo de personas, no tan bien vestidas ni tan a la moda.

A las dos empezó la siguiente mesa. Victoria Chavira Rodríguez fue presentando a los ponentes que vinieron de la ciudad de México invitados a esta foro: Elena Urrutia, María Guerra, Lore Aresti y Ana Teresa Aranda. Esta última, cuando le tocó su intervención, jamás se dignó sostener el micrófono. Una de las edecanes lo hizo por ella. Ana Teresa dedicó toda la mañana a hablar en secreto con las jovencitas de blanco.

Entre ponencia y ponencia, la moderadora Victoria pedía al público que fueran escribiendo preguntas que quisieran hacer a los participantes. Las edecanes hicieron circular papel y recogían las preguntas que cada quien iba anotando. Hay el propósito de publicar las ponencias, una cada semana. En el número 59 del semanario La Calle escribe Irma Campos Madrigal un artículo sobre el foro, en el cual ofrece una síntesis de los discursos.

El público respondió con disciplina. A la mesa llegaron más de doscientas notas que fueron clasificadas y turnadas a cada participante. Un joven nervioso trató de censurar algunos temas que a él le parecían algo gruesos. “Para que no se cause polémica”, decía. Naturalmente, algunas de las organizadoras se lo impidieron.

La sesión plenaria se alargó hasta cerca de las cuatro de la tarde. Varias de las preguntas fueron soslayadas, en parte por razones de tiempo. Se dio poco espacio para la discusión. En los días siguientes la polémica continúa en las páginas de los periódicos. En un matutino local, Daniel Torres Jáquez publica una editorial con su fino estilo, lleno de cortesía, y promete otras entregas sobre el mismo tema. En cambio Mario Góngora regaña a sus correligionarios del PAN porque, según él, se les volteó el chirrión por el palito y, furibundo, les aconseja que en el futuro jamás vuelvan a ofrecer foros gratis a la izquierda. Por nuestra parte, hacemos votos para que continúe el subsidio, los pasajes de avión y el Hotel San Francisco, donde se hospedaron los invitados.

Mayo 1987