lunes, 25 de febrero de 2013

oppenheimer

La cruel caricia del amor, libro de Adriana Oppenheimer



Por Jesús Chávez Marín



Cuando leí los siete relatos de este libro fui de sorpresa en sorpresa. La amargura y la risa se mezclan en estas historias, en esta narrativa directa y moderna, escrita con dureza terrible y claridad expresionista.

Es una obra escrita con valentía, una obra que arriesga una visión del mundo, un lenguaje, y logra el acto de comunicación con los lectores quienes asombrados contemplamos la intimidad de la existencia expuesta con crudeza, a veces con elementos de realismo mágico, a veces con el más descarnado naturalismo y a veces con hilos de ternura.

De esta manera conocemos la vida de Estela, que en el amanecer hace memoria de sus sueños rotos, de su vida sencilla que se proyectaba en las ilusiones y se ve alterada por las mentiras de un seductor mentiroso. En este primer relato aparece ya ese estilo directo y vigoroso que no vacila al describir los actos y los efectos del encuentro amoroso.

Luego conocemos la historia de Mercedes, una doctora de 39 años que decide por fin dejar la casa de su madre luego de sus largos años de soltería y de una soledad habitada por sus propias fantasías realizadas en formas extrañas. Al final logra encontrar el amor de una pareja, ese amor al que ya había renunciado y que ahora se ha presentado de una manera rebelde y valiente.

La crueldad de un padre miserable y maniático, casi monstruoso, se cuenta con fuertes tintas en la historia de María de la Luz, una joven disléxica que al final logra enderezar su destino, luego de años de dolor y fuerza de voluntad. Un tirano igualmente barroco aparece en el relato “El hombre de las tres M: mucho muy macho”, en la que Lucita y Margarita, sus dos mujeres que conviven en la misma casa en un nudo absurdo de relaciones dañadas. Ellas terminan por darle una lección final al ridículo personaje, pero esto solo al final de una cadena de episodios crueles que formaron una vida absurda y dolorosa.

Luego leo, igualmente asombrado, la historia de María, una joven indígena que se enfrenta al abuso de un hombre amargado y enfermo, al embarazo en condiciones que no podrían ser más desventajosas y a la dureza de una vida desamparada. Para su fortuna, en su existencia aparece Mariana, una mujer de bondadoso corazón que en su amistad compasiva encuentra también su propia lección vital.

Uno de los relatos más impresionantes del libro es el de Tito y Malena: él es un hombre gigante en cuya depresión crónica desarrolla una relación morbosa con la muerte y una ansiedad de suicida frustrado y ella, la esposa, es la víctima voluntariosa de una relación frenética y quebradiza. En el último relato del texto aparece otra pareja también muy accidentada, la de Simón y Joaquina: el hombre justo enfrentado al desorden en el que la naturaleza restablece su equilibrio.

En este libro uno de los factores más notables es la originalidad con la que la autora alcanza una visión femenina muy bien realizada. Sin duda, el punto de vista es el de las mujeres: el mundo contado desde un cuerpo femenino, desde un espíritu femenino que se enfrenta a las nuevas realidades de la sociedad a principios del siglo 21 donde se arrastran todavía las viejas costumbres de un autoritarismo que va cediendo, sin duda, ante la razón y la lógica del mundo cada vez más compartido entre los hombres y las mujeres, tanto en la vida pública como en las relaciones privadas: en la casa y en el trabajo, en el hogar y también afuera.



Marzo de 2004

viernes, 22 de febrero de 2013

filosofía




La Introducción histórica a la filosofía, de Federico Ferro Gay y José Luis Orozco



Por Jesús Chávez Marín



En el desarrollo del conocimiento los libros han sido piedra angular de las civilizaciones y el registro de la sabiduría. En la Edad Media, cuando se iniciaron las primeras universidades occidentales como extensión de los conventos y los monasterios, era muy respetado el oficio de los copistas, aquellos amanuenses que producían en forma manuscrita los códices y volúmenes con los textos de las culturas antiguas y los primeros libros, también manuscritos, del naciente idioma español. En aquellos tiempos lejanos los libros eran solo para iniciados.

Hoy los libros son accesibles a casi todos los que quieran frecuentarlos. En la producción de esta magnífica herencia cultural las universidades han sido un cauce fundamental en sus bibliotecas, en sus programas de investigación científica y de producción literaria y algunas también han sido grandes casas editoras.

La Universidad Autónoma de Chihuahua tuvo entre sus profesores a los doctores Federico Ferro Gay y José Luis Orozco, autores del libro que fue presentado el 22 de septiembre de 2003 en la Quinta Gameros: Introducción histórica a la filosofía. Ellos publicaron en 1966 la primera edición y desde entonces esta obra ha sido piedra angular en la iniciación filosófica de muchas generaciones de estudiantes.

La claridad de su prosa y la sencillez de su estructura resultan casi asombrosas, pues tratan conceptos de gran densidad y se sintetiza un caudal enorme de información. Hay también en el libro pasajes de gran belleza en su expresión. Por todo esto, la obra de estos dos autores ha trascendido en el tiempo y ha llegado a ser uno de nuestros clásicos de enseñanza e iniciación.

Esta primera reimpresión de su tercera edición aparece en el contexto del homenaje que la Universidad Autónoma de Chihuahua a través de la Facultad de Filosofía y Letras le ofrece al doctor Federico Ferro Gay.

Maestro de tantas generaciones, autor de varias obras literarias y filosóficas, traductor de clásicos y contemporáneos, Federico Ferro Gay es ejemplo eminente del filósofo moderno. La vigencia de sus ideas está respaldada por una vasta cultura; su estilo cálido y preciso ha sido un lujo para nuestras ciudades de Chihuahua, donde Ferro Gay ha ejercido su esplendoroso magisterio. Ferro es leyenda, en muchas conversaciones escuchamos todavía el eco de sus lecciones magníficas, en el recuerdo o en la cita de quienes fueron sus discípulos, sus claras palabras son una presencia en el espíritu colectivo.



Septiembre de 2003

lunes, 18 de febrero de 2013

el agua y la sombra

Servín, El agua y la sombra



Por Jesús Chávez Marín



El 11 de julio de 2003 se presentó en la Quinta Gameros El agua y la sombra, libro de poemas de Enrique Servín; los comentaristas fuimos Raúl Manríquez, Alfredo Espinosa y yo.

Enrique Servín trabajó de 1992 a 1996 en el Departamento de Difusión Cultural de la Universidad Autónoma de Chihuahua. En ese tiempo, además de realizar programas de conferencias y cursos además de otras actividades, inició la colección literaria Flor de Arena, donde hoy se publica por fin su libro, haciéndole honor a quien honor merece.

Desde 1978, cuando era estudiante de la Facultad de Derecho, empezó a publicar sus primeros trabajos en una revista literaria independiente. A partir de entonces ha realizado una enorme y constante labor cultural que incluye la traducción de poesía, el trabajo editorial, la coordinación de talleres literarios, la organización de actos culturales, la promoción de escritores jóvenes y, sobre todo, la escritura de su propia obra literaria que ha venido apareciendo en revistas, suplementos y antologías.

Otra de sus aportaciones ha sido el rescate de algunos aspectos de la tradición cultural de las culturas étnicas: la poesía, la narrativa y el desarrollo moderno de sus lenguas originales. En Flor de Arena publicó un pequeño libro bilingüe de la escritora tarahumara Dolores Batista, que ha sido muy citado como fuente y como material de lectura por varios investigadores. También el año pasado publicó un libro muy práctico para aprender la gramática tarahumara que se llama precisamente Hablemos tarahumar.

Actualmente Servín es el jefe de la oficina de culturas étnicas del Instituto Chihuahuense de la Cultura, donde continúa esta línea de su trabajo cultural que inició algunos años antes, cuando fue profesor de lengua tarahumara en la Escuela Nacional de Antropología e Historia, campus Chihuahua.

Luego de esta trayectoria tan vasta, aparece ahora este libro suyo que, sin duda, será fundamental para la literatura chihuahuense, por la densidad de su pensamiento y el buen oficio de su versificación. Este autor es uno de los más profundos conocedores de la poesía contemporánea. Su formación ha sido muy sólida: estudió con atención la tradición clásica de la poesía española, la latinoamericana y la europea más reciente. Además lee poesía de otros idiomas. En su leyenda, es lo que más lo distingue: desde niño ha cultivado este aprendizaje: lee con soltura en varios idiomas y algunos las habla con naturalidad. Aún sigue cultivando ese profundo ejercicio intelectual. 

El agua y la sombra, su hermoso libro de poemas es su nueva aportación al legado artístico de Chihuahua.

Servín, Enrique: El agua y la sombra. Editorial Universidad Autónoma de Chihauhua, México, 2003.



Julio de 2003

viernes, 15 de febrero de 2013

visconti




Visconti en la Quinta Gameros



Por Jesús Chávez Marín



La noche del 27 de junio de 2003 presentó Ernesto Visconti Elizalde su libro La seducción de las musas; los comentaristas fueron Rubén Beltrán Acosta y Virgilio Gastélum Zazueta.

Ernesto Visconti Elizalde es uno de los escritores más conocidos de esta ciudad, pues se ha preocupado por estar presente con su obra literaria en periódicos, revistas, carteles y antologías. Me han contado de personas que cada semana recortan del periódico el poema que este escritor publica todos los domingos y van formando su propia colección personal.

Poemas, cuentos, relatos y artículos editoriales de Visconti han aparecido cotidianamente desde 1983 en esta y en otras ciudades. La disciplina y la gran ductilidad de su obra literaria han hecho que sea un  escritor para todos los gustos: coplas populares, poemas amorosos, textos de tono místico, artículos políticos y filosóficos de valiente y honrada crítica además de relatos de raigambre tradicional son la expresión y la herencia cultural de un escritor laborioso y constante.

En La seducción de las musas con un lenguaje de amplio registro y su gran capacidad de versificador Visconti ofrece un juego intelectual lleno de regocijo y buen humor, logra formar una atmósfera singular donde las musas, inquietantes mujeres de la mitología clásica, conviven con un poeta lleno de fantasía y vitalidad.

Este volumen incluye además un poemario que aparece como segunda parte del libro, una selección cuidadosa de sus textos más celebrados.

Con ambas partes del libro tenemos oportunidad de tener como lectores un acercamiento intenso y significativo con uno de los más famosos escritores de Chihuahua.



Junio de 2003

lunes, 11 de febrero de 2013

escribir adrede

Se presentó el libro Escribir adrede para leer de oquis



Por Jesús Chávez Marín



El 24 de junio de 2003 Luz Ernestina Fierro Murga y Diógenes Bustamente Vela presentaron el nuevo libro de Zacarías Márquez Terrazas, quien luego de una extensa obra como historiador, ahora saca este libro literario, en el que la temática es relativa a las vastas regiones de Chihuahua: su gente, sus valles, montañas, el habla cotidiana y viñetas poéticas de la historia.

En este libro cristaliza una de las expresiones que este escritor ha cultivado con discreción en revistas de arte y calendarios: la escritura poética. Con cariño enraizado en la tierra y el fulgor de imágenes y metáforas, hay textos breves con visiones de identidad colectiva en prosa narrativa, otras en verso.

Las ciudades, el ambiente y su paisaje, algunos edificios, retratos de personajes, aparecen en la primera parte del libro, transfigurados en hermosas palabras como estas con las que describe a Namúrachic: “De un venero de luz nació la roca, Namúrachic, herida de mi tierra. Llevo tu imagen retratada en llanto y un hilo de cristal que la cincela”.

En la segunda parte aparecen siete retratos literarios de mujeres: la maestra de primaria del autor, el personaje histórico Teresa Urrea, dos historias de amor de profunda belleza trágica, la evocación de una dama que fue personaje singular en la ciudad de Chihuahua de los años cincuentas y el poema a una niña en los brazos de su madre.

La tercera parte está formada por ocho relatos: dos de ellos exaltan la valentía y la nobleza de Miguel Hidalgo, otro describe el paisaje urbano de la ciudad desde sus tejados, uno más habla de la infancia del autor mientras pasea por la plaza Merino. Luego viene una estampa de la vida del padre de Martín Luis Guzmán, luego un texto compuesto por siete momentos de distintas épocas que suceden en la ciudad de Cuauhtémoc, otro sobre Satevó y uno más extenso sobre el ambiente social de la ciudad en el siglo XIX.

El libro literario de un escritor muy laborioso cuya obra es extensa en la historiografía de Chihuahua.

Márquez, Zacarías: Escribir adrede para leer de oquis. Editorial Universidad Autónoma de Chihuahua, México, 2003.



Junio de 2003

viernes, 8 de febrero de 2013

comprende al enfermo mental

Comprende al enfermo mental

[Cartel que aparecía en los años ochentas en el periódico mural del Hospital neuropsiquiátrico de la ciudad de Chihuahua].

Trata al enfermo mental 
con el mismo respeto 
y consideración

que a una persona sana.

          Si expresa ideas psicóticas, 
          escúchale con atención:

          No te rías

          no te burles

          no uses ironías

          no le discutas

          no confirmes esas ideas.

          Dirígete a él por su nombre:

          No uses motes o sobrenombres.

          nunca le digas loco.

          Escúchalo con atención cuando hable:

          No lo ignores

          No le demuestres lástima

          no le demuestres miedo.

          Si está triste y llora, acepta sus lágrimas, 
          quédate a su lado mientras llora;
          escucha comprensivamente su problema:

          No le pidas que deje de llorar

          no le des falso apoyo; no llores con él.

          Cumple lo que le has prometido,

          no lo engañes, no le mientas, 
          no le prometas 
          lo que no le podrás cumplir.

          Si está enojado, estimúlalo a

          verbalizar su enojo.

          No le discutas.

          No lo amenaces

          no lo maltrates

          no lo mandes a callar.

          Si intenta agredir, defiéndete:

          No le hagas daño,

          no lo castigues

          no lo provoques

          no tomes la agresión como

          un ataque personal.

          Él está enfermo hoy,

          cualquiera de nosotros podría estar

          enfermo mañana.

Años 1980, Hospital Neuropsiquiátrico de la ciudad de Chihauhaua

martes, 5 de febrero de 2013

odontología: arte



Sensibilidad: segunda exposición de arte, Escuela de Odontología



Por Jesús Chávez Marín



El primero de marzo de 2003 se inauguró en la Quinta Gameros Sensibilidad: la segunda exposición de arte de la Escuela de Odontología.

Los autores de esta muestra de objetos artísticos son maestros y alumnos de esta escuela: los mismos que han educado sus manos para ponerlas al servicio de la salud de sus semejantes, educan ahora su corazón para expresar la belleza que su talento sabe imaginar.

En este magnífico acto cultural asistimos de nuevo a la manifestación de la buena calidad de las obras que se exponen. Los cauces distintos en los que la creatividad humana se realiza cuando ocupamos las manos y la mente en el trabajo y en el estudio. Un odontólogo trabaja para sanar el dolor y para restablecer la armonía en las vidas y en los rostros de sus pacientes. Como profesional, en su preparación y en su oficio desarrolla una sensibilidad bien elaborada y un contacto habitual con los conceptos de la belleza: el equilibrio de las partes y la armonía de las formas. Estas habilidades las aplica todos los días en los distintos oficios técnicos e intelectuales de su profesión. Y también puede aplicarlos, si se lo propone, a las artes plásticas, como queda demostrado en las obras que hoy se revelan.

El título de la primera exposición de artes plásticas y manuales de la Escuela de Odontología, inaugurada en noviembre de 2001, fue significativo: Nuestros principios. A ese primer nombre, esta breve frase de dos palabras, podrían dársele varias significaciones. Una de ellas podría ser esta: me parece una idea de gran nobleza que los principios de la profesión del odontólogo fueran los que se expresan en el arte.

La exposición de esta año, la segunda, se llama Sensibilidad: el corazón colectivo de todos los artistas, el atributo de delicadeza y precisión que abre ventanas a la percepción: a la del artista y a la del espectador.

En muchas de las impresionantes transformaciones que se dieron en el pasado siglo XX estuvo ausente la dimensión humana como propósito esencial del progreso. El talento y la energía productiva parecieron crecer más de prisa que la ética y el pensamiento humanístico; en el mismo desarrollo de las bellas artes adquirió mayor peso el valor comercial de las obras que la esencia de su pensamiento. El impulso de la especulación financiera, anónima y poderosa, siguió cauces de violencia, de injusticia profunda, de contaminación sustancial, visual, sonora y viciosa. Algunos de los resultados podemos verlos, a todas horas, como la mercancía habitual de las imágenes de televisión: la lumbre, las ciudades amenazadas por tanques de guerra y aviones de mal agüero, los cuerpos de los niños destrozados por acciones de cualquier guerra absurda, el fanatismo que retrocede mil años en el desarrollo del pensamiento colectivo.

Por eso resulta tan emocionante que la Escuela de Odontología de la Universidad Autónoma de Chihuahua no se conforme con resolver los aspectos de su estructura técnica, como ha venido haciéndolo con tanta efectividad, sino que además incluya entre sus actividades estos actos culturales y artísticos en los que la dimensión humana se expresa con frescura y claridad.



Marzo de 2003