viernes, 29 de junio de 2018

El texto breve: poemínimos de Huerta

El texto breve: poemínimos de Huerta

Transcripción Jesús Chávez Marín

En esta parte pondremos poemínimos del gran Efraín Huerta, no sin antes advertirles a los lectores que Octavio Paz dijo de ellos que no eran poemas, sino chistes; y el maestro Jorge Villalobos dijo peor: que eran niñerías de viejo. Con esas dos condenas tan radicales, de todos modos aquí van:
1. Variante: Dulce y sabrosa como la ramera del cercado ajeno.
2. Mil gracias: Por ser el suave y sumiso baculito de mi vejez.
3. Calderoniana: Yo era un tonto y lo que he amado me ha hecho dos tontos.
4. Cartesiana: Yo no pienso, luego, existo.
5. Becqueriana: La llamaron así, y con razón: se pasaba la vida de cama en rima, de rima en cama; terminaron diciéndole: la becquerendona.
6. Benaventina: Por soñarla quien la sueña, la llaman la biensoñada.
7. Manriqueana: Nuestras vidas son los ríos que van a dar al amar, que es el vivir.
8. Rubeniana: Creo que suena y huele más bonito así: ya se oyen los claros jazmines.
9. Aviso municipal: Dispense usted las molestias que le ocasiona esta obra poética.
10. Sin remedio: Y de nosotros, los bienaventurados poetas, será el reino de los senos.
11. Monterroseana: Cuando desperté, la putosauria todavía estaba allí.
12. Insectario: Un lugar donde los sectarios se sienten muy in.
13. Saña: Del poetárbol caído, todos hacen leña.
14. Lo dijo Monsiváis: Lo dramático para muchos, muchísimos mexicanos, es que en México no haya embajada de México.
15. El ángel al elevadorista: Por favor al último piso, después, sigo solo.
16. Poeta sin honorarios: Y de nosotros, los desventurados poetas, será el reino de los suelos.
17. Folklórica: No hay peor lucha que la Lucha Villa.
18. Una vueltecita: Ahorita vengo, voy a dar un paseo alrededor de mi vida. Ya vine.
19. Coquetería: Y esta es una foto de cuando yo era viejo.
20. Desconcierto: A mis viejos maestros de marxismo no los puedo entender, unos están en la cárcel, otros en el poder.
21. Agenda: Los lunes, miércoles y viernes, soy un indigente sexual. Lo mismo los martes, jueves y sábados. Los demás días, descanso.
22. Trayectoria literaria: No por mucho publicar te consagras más temprano.
Y eso es todo por hoy, al rato regresamos.

jueves, 28 de junio de 2018

viernes, 22 de junio de 2018

José Manuel García. Guardamemorias

El texto breve: Guardamemorias

Transcripción Jesús Chávez Marín

En esta entrada de El texto breve pondremos obra del poeta mexicano José Manuel García García, tomados de su libro Guardamemorias.
1. Nociones que invalidan una definición de la palabra despedida: Voz de llanto ciego, pasillos de los muertos, tempestad en vasos de agua, sangre en las palabras, mancha de espejos. Y un largo, casi eterno duelo.
2. Imágenes líricas acerca de los ángeles caídos: Los he visto tristeando por las calles; duermen inocentes en los cines y los parques, sin voz ni cuerpo andan desempleados de la vida. A veces, les llega un rumor de letanía y vuelan. Y siempre contestan los mensajes que les llegan del infierno.
3. Lógica involución: El sueño es más real que las palabras. Las palabras, más poderosas que los hombres. Los hombres, más polvo que sus muertos.
4. Epitafio en un ghost town de Nuevo México: Aquí Dios perdió su calendario de origen, solo hay signos de un presente en el polvo de la hora; es un camino desolado por los muertos, marca el centro más vacío de los abismos.
5. Parábola de la fama: Es la sangre de la serpiente que nos muerde, rumor de espejos de la gente, el eco del odio o el amor ante un gesto por nosotros cometido.
6. Parábola de la montaña: Ten fe y seré tu sombra, pero un pecado tuyo bastará para caer sobre tus hombros.
7. Parábola del desierto: Polvos de aquellos mares son mis hijos; ruinas del mundo las arenas, tiempo que vendrá, es o ha sido. No quieras habitar en mí tus espejismos, quédate en el ensueño de sirenas o de peces. Disfruta los pocos, fugaces años que te quedan. Sé la memoria de un Dios que a nadie le interesa.
8. Voces que se oyen a las puertas de los antros del vicio y de las bajas pasiones: entre nalga y nalga el liguero, cadera ancha en tandas y meneos, senos, velo negro a precio moderado. Por un tanto le beben los calores de la boca; sexo abierto en espera del ariete, joven. Sueñe que empapa de tibieza los tesoros, de veras, estoy en el octavo cielo.
9. Frases que pueden ser usadas antes del paro cardiaco: Agonía: parvada de imágenes la vida; el porqué de las preguntas no tenía sentido. Así que la muerte es este algo que nada importa, desaparece la jaula, el muro, la sentencia, la máquina y el verso.
10. Monólogo de Eva: Antes de nosotros yo era la mirada, pero vino la costilla del árbol de la vida con su sabor tan de beso frutal y calor tibio, estancia de amor habitada. No. No me arrepiento de haber sentido esa tersura en mi boca, esa caricia que destruyó los planes cósmicos de nuestro padre eterno.
11. Discurso de un camaleón que nadie escucha: Noé nos olvidó creyéndonos un mito, pasamos a la historia perdidos en las ramas, nadie entendió nuestro odio a la serpiente, fuimos la paciencia del acecho. Por fin, alguien nos dijo un día que éramos la sombra de un arco iris vivo.
12. Breve informe del gallo capón: Un hombre generoso odia generosamente al medio mundo que no le aplaude sus bondades.
13. El amor niega su origen y no sabe su destino.
14. La vida es de quien la sueña.

sábado, 16 de junio de 2018

La dimensión desconocida

En la foto con la editora Martha Retana
La dimensión desconocida

Por Jesús Chávez Marín

Estábamos mi colega Graciela y yo en el bar El Coliseo y me dijo: Cuéntame algo. Le platiqué entonces esta historia: Cuando cumplió 32, a Rigoberto le tocó en la lotería bioquímica de que se le desarrollara una alteración de ánimo que lo subía y lo bajaba en la esfera de las emociones. Para su buena fortuna, en su época la ciencia médica ya tenía muy bien tipificado ese mal, que durante siglos había hundido en el limbo, y a veces en el infierno, a una legión desdichada.
Un médico de práctica sabiduría le recetó la dosis exacta del medicamento con el que Rigoberto pudiera vivir sin problemas en la dimensión civil, como cualquier persona sana, y así pasaron cinco años sin alteraciones en la convivencia, el amor y el trabajo. Estabilidad divino tesoro.
Pero un mal día Rigoberto amaneció vigoroso y alegre y tuvo una infeliz ocurrencia: dejar las pastillas. Total, pensaba, soy dueño de mi cuerpo y a pura fuerza de voluntad controlaré actos y pensamientos, no necesito guajes para nadar.
Todavía pasaron tres meses en los que el tipo siguió viviendo tranquilo, pero al cuarto mes su conducta empezó a cambiar con los antiguos altibajos: de la euforia narcisista a la tóxica melancolía. Él no se daba cuenta de esos cambios que todos los demás notaban de inmediato, seguía muy quitado de la pena creyendo que andaba todavía en la dimensión civil de la convivencia humana. Pero ya flotaba en la dimensión salvaje, la dimensión desconocida.
A los seis meses de aquella irresponsable reincidencia, Rigoberto era otro, en los hechos y en la intimidad de su conciencia. Amigos y vecinos lo veían como a un fantasma. Quienes lo amaban trataron inútilmente de sobrellevarlo como a un muerto que camina. Y quienes lo odiaban lo miraban como a un monstruo.
Graciela se quedó pensativa. Luego me dijo: Ay no, tu relato falla en una cosa. Yo creo que quienes lo amaban no lo veían como eso que dices, sino como a un hombre que necesita amor y cuidados. Claro que no, le contradije: ellos saben esto: lo que sigue es la llegada de uno de estos tres automóviles: la patrulla, la ambulancia o la carroza.
Piénsalo bien, Graciela: cuando te enfermas tu familia, tus amores, te cuidan un tiempo, pero el único que debe procurar el remedio para ese tipo de males es el protagonista, nadie más puede. Luego de unos meses, y por razones más que comprensibles, los que te aman se van pasando al grupo de los que te odian; nadie aguanta la irritación espantosa que causa la convivencia con un sujeto de conducta alterada, eso sería inhumano para ellos mismos y para el mismo enfermo, porque consecuentándolo solo consigues la autocomplacencia.
Todavía quiso Graciela agregar algunos ejemplos de abnegación y cariño sin límites de alguna gente que ella hubiera conocido, pero poco a poco me fue dando la razón. Entonces pedimos las siguientes Modelo Especial y cambiamos de tema, para platicar de cosas menos funestas.

Octubre 2017

domingo, 10 de junio de 2018

Victoria Grill

Victoria Grill

Por Jesús Chávez Marín

Me gusta venir a este bar porque desde la ventana se mira hacia abajo la plaza del centro; en la noche los árboles son manchas negras y la estatua prepotente del fundador oficial Deza y Ulloa queda reducida a monito de vaqueros. Por el reflejo del vidro se asoman luces de este lado de la foto y al fondo resulta que el fragmento de un edificio se volvió transparente y pasa el viento a través del vacío.
Al segundo whisky ya estoy acordándome de ti a pesar de que vengo acompañado de una guapa mujer que me gusta y me ama, dice.
Me acuerdo de los primeros meses luego de nuestra separación, el impulso de llamarte, la necesidad de tu voz, alguna palabra tuya hubiera bastado para sanarme, como dice el clásico rezo. Pero nunca te llamé.
Ni en aquellas noches de parranda con canciones necias de dolor y desolación, ni los domingos eternos y vacíos, ni en tu cumpleaños cuya fecha recordaba todo el año, ni en la fiebre con el tren del insomnio ni en las madrugadas delirantes cuando ya mejor me hubiera muerto si vivir lejos de tu cuerpo era el único fin que me esperaba.
Ahora que ya pasaron años y que por imposible que parezca sigo vivo y tranquilo, no me explico por qué escribo estas líneas tan dramáticas y sobre todo tan ciertas.