Dibujo: Beatriz Bejarano
El gato viejo del vecindario intelectual
Por Rafael Cárdenas Aldrete y Jesús Chávez Marín
Había una vez un gato callejero que leía a lo tarugo las noches enteras, aunque amanecía desvelado pero culto. Cuando su fama trascendía, un amigo suyo que trepó en el gobierno le consiguió un puesto en el instituto de cultura. Taimado y petulante, poco a poco urdió una trama de relaciones lisonjeras con su manejo hipócrita del lenguaje. Viajó por el mundo con dinero público y encaminó invitaciones y premios oficiales para su corte. Era un simulador; hasta publicó un libro que no parecía ni falaz ni oportunista. Ahora, ya viejo, empieza a creerse su propio cuento, y algunas noches de nostalgia lee y relee sus páginas, para ver si haya alguna frase ingeniosa o verdadera.
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