lunes, 20 de enero de 2014

alma montemayor



Muy aburrida esa cantina, según consta en libros



Por Jesús Chávez Marín



Aunque escribía en el estilo muy muy muy aburrido en el que suelen hacerlo el 80% de los historiadores de Chihuahua, la digamos escritora Alma Montemayor (1945 – 2012), quien murió a causa de su radical vegetarianismo en diciembre, dejó 15 libros publicados.

         Empezó por glosar con parcialidad y rencor la historia del teatro de la ciudad. Acrtiz frustrada en sucesivas compañías de teatro que a la primera función dejaban de llamarla, se las arregló para dejar fuera de sus historias a notables dramaturgos y señores de la escena como Manuel Talavera Trejo, Luis David  Hernández, Conchita de Mendoza y el gran actor Óscar Erives. Y ya no digamos los más jóvenes Holda y Azgard Ramírez, Georgina Ayub, Felipe Saavedera y Víctor Córdova.

         En los libros de historia teatral de Ánima Montemayor publicados por el Ichicult y por otras instituciones editoras Historia del teatro de los héroes, el folleto Microhistoria del teatro en Chihuahua, Mujeres maravillosas de Chihuahua, La antigua paz la cantina centenaria de la ciudad, Dardos y corazas y tantos otros que dieron a la imprenta los talleres gráficos de gobierno del estado, fueron más locas las deliberadas ausencias que los adjetivos gloriosos que la Montemayor prodigaba a sus clientes acaudalados Lolita de la Vega, José Fuentes Mares, Víctor Hugo Rascón Banda, Ignacio Solares, Federico Terrazas, y los gobernadores que le fueron tocando en 35 años de redacción mercenaria: Saúl González Herrera, Fernando Baeza Meléndez, Francisco Barrio Terrazas, Patricio Martínez García, José Reyes Baeza Terrazas y César Cuarte Jáquez.

         Tal vez su proeza mayor como escritora fue conseguir en un libro que la divertida, falsamente culta y ruidosamente cancionera cantina La Antigua Paz resultara en sus páginas un bar tonto y anquilosado, tedioso y cargado de historias irrelevantes plagadas de anuncios de la pelea pasada y congelada en un pasado que se estanca. Y eso a pesar de que el dueño del bar, Jesús Carrejo le pagara una buena cantidad para que le escribiera por encargo ese libro de microhistoria global.



Enero 2013

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