jueves, 19 de mayo de 2011

jean rostand


El texto breve: Jean Rostand

Transcripción Jesús Chávez Marín

En los años setentas aparecía en la ciudad de México una deliciosa revista que se llamaba Diva: era una imitación mexicana de la famosa Playboy, pero en la mayoría de los números resultaba de más calidad que la original. En sus páginas aparecían artículos de los mejores escritores del momento y las modelos eran las suculentas Angélica María, Jacqueline Andere, Meche Carreño, Isela Vega, Julissa y otras mamacitas mexicanas. El secretario de redacción era José Luís Martínez, a quien debemos los aforismos de Jean Rostand que en este número habrán de leer hoy los lectores fieles de El texto breve.
Jean Rostand, biólogo francés, es autor de numerosos trabajos sobre genética y un agudo observador de lo cotidiano: sexualidad, moral, política, teología; nada escapa a su atenta mirada y a su ironía juguetona. Los aforismos que aquí reaparecen, pertenecen a dos de sus libros: Bestiario del amor y El hombre y la vida.

1. Procrear es hacer experimentos con el azar.
2. Cuando un hombre habla con altanería a otro hombre, no se tiene, por lo general, ningún motivo para pensar que los cromosomas mejor calificados estén del lado de la insolencia.
3. Nuestros hijos son herederos de nuestro linaje. No esperemos que deban algo a nuestra experiencia; todo lo que podemos hacer por ellos es elegir bien a su madre.
4. La biología nos sorprende un poco cuando nos enseña que, estadísticamente, las mujeres más bellas no son las más tontas.
5. ¿Moral biológica? El que ingiera demasiado alcohol será castigado con cirrosis. Pero es necesario, además, que sus cromosomas le hayan fabricado un hígado que se preste a ello. De otra manera, no hay sanción.
6. Entre los compuestos químicos que forman al hombre y los que forman a la mujer solo existe una ligera diferencia. La naturaleza ha seleccionado la especie a muy bajo costo.
7. Adquirimos por educación: conocimientos efímeros y repugnancias tenaces.
8. La edad me asombra más de lo que me agobia.
9. El supremo gesto de la naturaleza fue crear la contranatura.
10. El reino de la ciencia ha iniciado una especie de época glacial en la historia espiritual de nuestra especie: aun no se ha demostrado plenamente que la friolenta alma humana pueda resistir el clima riguroso de la razón.
11. El hombre, ese pobre mono condenado a hacerla de homo sapiens.
12. Triquiñuelas de Dios: estar haciéndose amar, sentimiento inmortal a través de un símil mortal
13. Más vale ser un Sócrates descontento que un cerdo satisfecho. Sin duda. Pero un Sócrates, aun satisfecho, ¿no tiene más qué lamentar que un cerdo, aun descontento?
14. La invención de la bomba atómica nos hizo ver todo lo que puede la investigación. Los problemas del cáncer o de la tuberculosis no tardarían casi nada en ser resueltos si un país tuviera necesidad de resolverlos. Pero esto tiene en su contra que esos problemas no interesan sino a la humanidad entera.
15. Las verdades, igualito que las mujeres, no siempre son más difíciles a medida que sean más bellas.
16. Adquirid cada día ignorancias sólidamente fundadas. Las preguntas educan a veces más que las respuestas.
17. A veces uno es decepcionado por escritores que admira y sorprendido por otros a los que desdeña.
18. Los críticos que encuentran intenciones en los más nimios detalles de obras maestras hacen pensar en esos naturalistas que asignan en los organismos vivientes un papel al pelo más insignificante.
19. Primero queremos escapar al recuerdo. Años después es el recuerdo el que escapa de nosotros.
20. Química del remordimiento: el recuerdo de la falta no se deja disolver sino en presencia de un excesivo sufrimiento.
21. La sociedad suscita en mí reacciones que me disgustan. Me prefiero solo.
22. No es culpa de la inteligencia el que algunos insensatos pretendan aplicarla donde ella no tiene qué hacer.

Junio 2010

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