viernes, 19 de agosto de 2011

bertha lucía cano medina


Columna: Escritores de la ciudad
Bertha Lucía Cano Medina

Por Jesús Chávez Marín

Bertha Lucía Cano Medina es maestra en la Universidad Pedagógica Nacional, ha publicado dos libros de poemas: Raíz de flor de campo y Virgen andariega, y un libro de filosofía titulado Mujer que rompe la norma. Recientemente acaba de publicar su cuento “La hacedora de nubes” que está incluido en el libro Círculo de narrativa 2, en Uruguay. Textos suyos aparecen en las antologías Como ángeles en llamas, de la casa del poeta peruano; Campos ignotos y otros libros colectivos.
—Lucía, ¿cuándo publicaste tu primer libro, Raíz de flor de campo?
—En 1998, en los talleres gráficos de Gobierno del Estado.
—¿Cuál fue tu experiencia con esa primera publicación?
—Fue hermoso porque pude dar a la luz textos que tenía guardados desde que empecé a escribir cuando era niña; porque disfruté una fiesta en cada presentación, en todas las ciudades del estado de Chihuahua; satisfactorio además, llegó a mucha gente, lo vi en las vitrinas de las librerías. Desfruté esa fe inmaculada de la primera publicación, cuando no está una contaminada por el golpeteo, las pequeñas traiciones de los diferentes grupos literarios y los cotos de poder.
—Tu segundo libro fue un ensayo extenso sobre filosofía de género, ¿cómo lo recibieron los lectores, sobre todo las lectoras?
—Fue un libro que tuvo una acogida excelente. De él se derivaron un diplomado que lanzó el Gobierno del Estado dirigido a educadoras de nivel preescolar y fue una influencia grande para el diseño de la nueva currícula de la Normal del Estado en la que desde entonces contemplan el enfoque de género en los programas de formación. Por otro lado, mi libro fue tan exitoso que lo frenaron, ya no lo pude volver a presentar en ningún lado, hasta este año, en febrero, cuando me invitaron de la Normal del Estado Luis Urías Belderrain a participar con mi libro en los festejos de aniversario.
—En tu tercer libro, Virgen andariega, regresas al género de poesía, sin embargo es muy diferente al primero: en su temática, en su estructura formal, incluso en el lenguaje. Esto se expresa desde el mismo nombre del libro: de flor de campo a virgen andariega, ¿cuáles fueron los factores formales y personales en ese cambio tan aparentemente radical?
—Primero que nada quiero aclarar que el género de la poesía nunca lo he dejado, seguí escribiendo y publicando, prueba de ello mis apariciones en revistas literarias, antologías y otras publicaciones, y no solo aquí sino además en Cuba, Uruguay, Perú, Brasil y España. Segundo: los instrumentos técnicos que me hicieron madurar en la forma poética fue la asistencia a talleres literarios y la convivencia con otros escritores. En cuanto a la temática, quise hacer un canto que fuera similar al Cantar de los cantares, donde pudiera expresar abundantemente el amor verdadero. Este libro es un solo poema dividido por los títulos, que vienen a ser nombres de capítulos o salmos.
—En la práctica literaria se sabe que el artista asume un riesgo, sin el cual no podría cristalizar un producto estético. ¿Cuáles son los riesgos que enfrentaste para escribir cada uno de tus tres libros?
—El primer riesgo fue que tuve que buscar la originalidad, ese fue muy difícil, porque de esta manera el libro lo vi desde esta perspectiva como a una persona que tenía que cuidar su identidad. Para realizar mi libro sobre la mujer tuve que hacer una investigación desde la realidad, enfocando y dando claridad a todos los ámbitos de la mujer en su entorno. Mis poemas también están enraizados en la realidad. Y además soy profundamente mística y busco todo el tiempo señales que me indican como hallar la verdad más profunda y nítida. Otro riesgo es el compromiso con la publicación, sabiendo que los lectores darán por cierto lo escrito, busco no contaminar sus espíritus sino aportar valores de fe, de amor y de paz.
—Como maestra y como artista, ¿qué consejo darías a los jóvenes quieren ser escritores?
Primero: que no dejen jamás de observar su entorno, la realidad, las necesidades sociales, el medio ambiente y las personas. Que sean profundamente observadores y respetuosos de la creación y de la vida. Que sean visionarios, que vayan más allá, que no tengan miedo, que propongan y defiendan lo que ellos consideren válido.
—¿Cuáles son tus libros futuros?
Tengo en puerta una edición en coautoría con una poeta cubana y un escritor mexicano, es un libro de poemas que se llama Luna de hiel envuelta para tres. Estoy terminando otro poemario titulado Mudar la piel, un cuaderno de cuentos y una novela.
—Gracias, maestra, por esta entrevista.

Octubre de 2005

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