miércoles, 28 de octubre de 2009

Gabriela Rascón Licano


Hombre de hierro
siempre tan orgulloso y altivo
digno de la vida que cargabas
en una sola pierna.

Noche con tanta soledad
sólo tú la conocías,
enséñame a peinar el cielo
con el hierro de tus ojos.

No me opongo a la
caída de estrellas,
por mí que estallen
y retiemblen en la tierra.

Gabriela Rascón Licano

No hay comentarios:

Publicar un comentario