miércoles, 14 de octubre de 2009

Sobre la marcha

Todo aquel que se digne de ser llamado escritor, autor o poeta necesita una inspiración para plasmar posteriormente sus ideas. Dichas inspiraciones pueden llegar en distintas épocas y de maneras muy singulares.
Independientemente de esta presumible "inspiración divina", los escritores -y en general todos los artistas- se valen de una sencilla técnica para hacerse de ideas: la marcha.
No estoy descubriendo el hilo negro. "Marchar" es caminar, andar, desplazarse... pero con los ojos bien abiertos, teniendo un rango de visión de 360 grados.
La marcha tiene dos modalidades: la militar (o marcial), de la cual nos valemos a la hora de trabajar o desempeñar alguna labor o pendiente; y la marcha mística, la cual utilizamos para despejar la mente y ennoblecer el espíritu. La idea de este último tipo de marcha es que canse al cuerpo para dejar salir el espíritu y clarifique la mente. O qué, ¿Puede un individuo pensar en tonterías y rencores luego de una caminata de una hora?.
Retomando el tema de la visión, he de hacer hincapié en que ésta debe ser periférica. Esto con el objeto de encontrar un elemento: el cuerpo. Al decir "cuerpo" no me refiero a la anatomía animal ni humana. No. El cuerpo es la materia prima de la inspiración: un montículo de tierra, un jardín verde apenas opacándose por las hojas otoñales, el tacto de una superficie o la piel de otra persona, y olores de todo tipo.
Ahora sabes cómo hace su magia el artista. ¿Qué estás esperando? ¡¡Salte a marchar, orale!!
Rubén Ricardo Rey

1 comentario:

  1. Muy de acuerdo.

    Soy Jessica Aguirre, la chica de las fotografías, me gustaría, si no fuera mucha molestia que cuando tenga oportunidad visitara mi blog y me dejara su opinión, me sería de mucha utilidad.
    Y de antemano, gracias.

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