lunes, 26 de octubre de 2009

Rubén Rey. Su ensayo que se llama ¡Karma tu madre!



¡Karma tu madre!

Dicen que todo en esta vida se devuelve. Que si actúas de buena fe y haciendo el bien, el cielo te recompensará. Que si obras mal, mil demonios atormentarán tu alma por años. El implacable castigo.
¿Escalofriante? No, ¡patrañas!
Los negocios ilícitos e ilegales recaudan millones de dólares. Los capos sólo le rinden cuentas a su dios y a uno que otro santo (el que sea su favorito, tienen muchos para escoger).
“Es que este siglo está perdido de valores. Ya no hay moral”. Quizás, pero el sentido común nunca pasará de moda, y la ley de la causa y el efecto ha sido y sigue siendo constante universal. Matar a otra persona es, en la mayoría de los casos, malo. Consumir en exceso cosas que mareen y causen daño al organismo terminan por destruirlo. Un organismo destruido es malo, no bueno.
Ah, pero hay un Dios que todo lo ve y todo lo juzga, ¿no?
Error.
Sí existe un Dios, pero créanme: no se dedica a matar narcos ni a juzgar a la gente de mal.
El ser humano es capaz de ejercer un dolor y una maldad infinitas, así como también puede ser la viva imagen y semejanza del creador. Tenemos un potencial vasto, y eso es justo: de la infinidad venimos.
Vivir ochenta años, noventa si comimos nuestros vegetales... ¡cuántas maravillas nos pueden suceder a lo largo de esas décadas, y cuánto dolor podemos tolerar también! No es karma. No es castigo divino, ni tampoco alguna clase de premio al mérito. A esto se le llama simplemente “vida”.
Por favor, no esperes a que el cruel perezca ni el tirano caiga. Posiblemente eso no les llegue a suceder. No esperes recibir una palmada del cielo al apoyar a equis casa de beneficencia o al ayudar a cruzar la calle a ancianitas.
Lo bueno y malo que sucede en tu vida es existencia. El hecho de ser y estar. Es energía pura, moviéndose en diversos momentos y a intensidades diferentes.
Tú por lo pronto saborea la vida como el café en sus cuatro letras: caliente, amargo, fuerte y escaso.
También te invito a que analices este juego de palabras, cortesía del habla inglesa. No es magia, sólo lee la misma palabra al derecho y al revés:

evil
live

Maldad, o vida.

Rubén Rey, octubre 2009

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