domingo, 6 de junio de 2010

el pasito

El chato Aguilar atraca de nuevo
por Jesús Chávez Marín
El martes pasado Rubén Aguilar, propietario vitalicio y candidato perpetuo del partido del trabajo, publicó una respuesta escrita con elemental cinismo y mala redacción, a la periodista Angélica Delgado Cano.
Dos días antes había aparecido en El Heraldo de Chihuahua una crónica de la joven escritora, y el tema central era el manejo corporativo y empresarial que la familia Aguilar ha hecho, desde su fundación hace ya algunos años, de la franquicia electoral llamada PT, y todavía mucho antes de la franquicia anterior, el CDP.
En el ambiente VGA, región pirata, llamada izquierda de la ciudad de Chihuahua, solo se han producido cuatro pequeños grupos sociales:
1. Unos cuantos activistas y agitadores a quienes caracteriza su paranoia autocomplaciente, amargura tóxica y una proverbial ineficiencia.
1. Unos cuantos millonarios, quienes se esforzaron por conseguir o ganar una modesta fortuna, entre quienes podemos nombrar a Jaime García Chávez, Isla Campbell, Jesús Vargas Valdés, Rubén Lau Rojo, Pavel Aguilar, Adán Sigala y, por supuesto, el protagonista de esta misiva: el chato Aguilar.
2. Dos partidos sin votantes en la ciudad: el PRD y el PT.
3. Y por último, y es todo: una fila de frustrados y resentidos.
Pero la historia de Rubén Aguilar, el chato, como le decían de cariño sus antiguos amigos y compañeros “de lucha”, quienes ahora ya no lo pueden ver ni en pintura, supera toda ficción. Y eso nada más con el relato de la estricta verdad. Por eso, la crónica cuidadosa y bien informada de Angélica Delgado Cano le pareció mentirosa al mismísimo protagonista de los hechos, y hasta mandó una carta de protesta con arrebolada indignación.
Aguilar llegó de Ojinaga con una mano atrás y otra adelante, para unirse a las filas de los esforzados luchadores sociales. Algunos de ellos que sí tuvieron en ese entonces ideales honrados, fundaron el comité de defensa popular, CDP, que fue el movimiento de masas más numeroso y efectivo de izquierda en la historia de Chihuahua.
Como todos los movimientos de masas, el comité se fue desvaneciendo, sobre todo por la pereza y negligencia de la mayoría de los líderes. Rubén Aguilar se puso listo y fundó la colonia Francisco Villa, con terrenos conseguidos por invasiones o por litigios colectivos.
Y es que Aguilar, antes de ser el acaudalado rentista que es ahora, alguna vez fue abogado y líder, aunque usted no lo crea. Y ahora es dueño de fincas urbanas y rurales, aquí y en la tierra de sus padres, además de cacique absoluto de El Pasito y otros mercados populares.
Y también, como ya lo dijo con lujo de detalles la joven escritora: candidato perpetuo de su partido de propiedad privada. Esa candidatura rotatoria solo la comparte con sus hijas Lilia, Hanoi. Con Rubén su junior. Y con su señora esposa. Pero cuando se lo dicen en su cara o por escrito, se enoja mucho.
jchavezm@uach.mx (publicado en El Heraldo de Chihuahua, febrero 2010).

No hay comentarios:

Publicar un comentario