lunes, 28 de junio de 2010

mural efímero

Mural efímero: 200 restos

Por Jesús Chávez Marín

En septiembre de 2006, en una casa de la colonia Santo Niño, Marco Esparza realizó una exposición de una serie de dibujos en tinta china; la serie se llamó Santos deformes, con textos poéticos de Marco Vladimir Guerrero Herrera y música de rock. Fue el inicio profesional de este joven pintor que en ese entonces apenas había cumplido 20 años, e iniciaba sus estudios de literatura en la Facultad de Filosofía y Letras de la UACh.
Este año Marco acaba de terminar el noveno semestre de letras españolas. Con el tema de los famosos dos centenarios de la fecha, el director de su facultad, doctor Javier Ramírez Santoyo, lo invitó a realizar un mural en las escalinatas de la escuela, le cedió para él solito los 7 planos de ese espacio y lo metió en líos técnicos muy peliagudos de resolver: todas las madrugadas de los últimos 20 días se la pasó instalando andamios, limpiando muros, resanando escarapeladas, pegando hojas de papel con impresiones y figuras, y pintando con vinílica y tinta china. Por fin, la madrugada del jueves 17 de junio terminó su mural efímero titulado 200 restos, que será inaugurado en agosto, al iniciar el próximo semestre.
Por razones de mi trabajo me tocaba pasar a veces por el lugar donde el pintor hacía concentradamente sus trabajos de artista, y lo fui conociendo mediante preguntas ocasionales. Y ahora decido escribir esta entrevista para las lectoras de Omnia, para que ellas y yo nos asomemos con vivaz curiosidad a la cocina de un pintor tan joven y tan educado.
Marco, si es usted pintor desde tan joven, ¿por qué decidió estudiar letras en vez de inscribirse en bellas artes?
Porque encontré en letras un proceso creativo más directo a partir de la imagen poética, hallé mi forma de realizar el trabajo y de buscar originalidad.
Después de aquella primera expo suya en el barrio Santo Niño, ¿cuántas otras ha realizado?
No tengo el número exacto, pero son bastantes. No busco realizar exposiciones, sino buscar momentos visuales.
¿Qué es un momento visual?
El momento en que la obra se ejerce como una necesidad, no como algo agregado.
¿Cuál es la forma de “ejercer” una obra?, ¿hay un proceso, una conducta, un estado físico, espiritual; o es un propósito, un proyecto?
Busco una excitación.
¿Cómo es una excitación?
Algo que me lleve a un estado primitivo, un estado puro. Un instinto.
¿Podría describir ese fenómeno?
Lo que me obliga a actuar directamente sobre la obra; lo que me convierte en un insecto y sé que puedo volar o ser aplastado.
Platíquenos a las lectoras de Omnia y a mí, cuáles fueron las acciones de esa actuación en una obra que usted haya realizado recientemente, para entenderle bien estos conceptos que en principio parecen un tanto oscuros.
En realidad nunca sé lo que voy a pintar. En la última exposición que realicé, con la que se inauguró el nuevo espacio visual de Filosofía y Letras, al inicio tenía yo imágenes literarias, mas no imágenes visuales. Unas eran imágenes religiosas: la crucifixión, el consumismo y el patriotismo y el narcotráfico. Todo esto lo traté de representar en una obra pop, decadente, pero realista. Cada obra que realizo está comprometida con el contexto histórico y social, con lo que está a cien metros de donde camino, todo influye.
Pero, ¿en serio logra sentir eso del insecto que vuela o que puede ser aplastado, o es solo una metáfora suya para explicarnos el asunto?
Creo que a fuerzas quiero ser Gregorio Samsa. Y lo consigo en el trabajo, porque todo lo que he hecho ha sido nuevo, nada se parece a lo anterior.
¿A qué le llama “decadente”?
Aquello que es como una prostituta, es bella, satisface necesidades, pero nadie quiere aceptarla.
Siguiendo esa metáfora, ¿por qué buscar en su trabajo artístico una prostituta y no una mujer virtuosa, bella y saludable?
Porque aquellos que hagan un trabajo artístico bello y saludable, son unos hipócritas.
¿Entonces el arte no sirve para darle a la gente imágenes que enriquezcan su vida, visual y espiritualmente?
El arte sirve para todo, pero en este estado, en esta ciudad, parece que no sirve para nada.
¿Cuál es el tema, o los temas, que expresa o que recrea en esta nueva obra suya, el mural efímero que acaba hoy de terminar, y que tituló 200 restos?
La putrefacción. Y también buscar una contraparte temática al asunto de los dos centenarios que este año estamos celebrando, la revolución y la independencia. Incluso podría decirse que no tiene tema. Este mural es abstracto, una abstracción poética.
¿Con cuáles técnicas trabajó en este mural?
Utilicé el estiker, la tinta china, la proyección de imágenes sobre la pared, recortes de revistas y, en el estiker, el uso de páginas originales de libros viejos, con su tipografía y sus imágenes de imprenta.
¿Qué es el estiker?
Un tipo de arte callejero que consiste en pegar impresos. En esta ciudad hay gente muy buena en esta forma de producción visual.
Dennos un ejemplo de donde podríamos ver una obra de estas, además de la suya, claro?
La ciudad es una galería viva, solo es necesario abrir más los ojos y no ver nada más los rayones de la publicidad comercial y política.
¿Cuánto tiempo va a estar instalado su mural?
Aún no me confirman cuánto tiempo. Se tiene que hacer una junta con sociedades de alumnos, para que decidan. Espero que dure mucho.
¿Es usted un pintor que vende muchos cuadros?
Apenas hay gente que empieza a coleccionar mi obra y a comprarme. Los he ido formando poco a poco en estos años.
¿Vende usted muy caro?
Bara, bara.
¿Dónde pueden las lectoras de Omnia ver su obra? Debo decirle que muchas de ellas son mujeres sensibles y cultas, además algunas tienen bastantes recursos.
Ese tipo de mujeres me gustan.
Entonces su carrera profesional como literato, ¿solo está al servicio intelectual de su oficio de pintor?
También escribo poemas. Me han vitado a ciudades como Tijuana y Jalapa a leer mi obra. Y ahora estoy colaborando con jóvenes escritores de Chihuahua.
¿En qué colabora con ellos?, ¿quiénes son ellos?
En la edición de folletos impresos con mucho contenido visual. Uno de los poetas con los que trabajo en estos días se llama Gerardo A.
Le agradezco a usted su tiempo y su conversación. Al entrevistarlo, aprendí cosas nuevas, y espero que las lectoras también. Ojalá que a su mural lo dejen mucho tiempo donde está y que su trabajo de artista encuentre el aprecio de su gente le sobren montones de clientes que compren su obra. Y también lectores de sus poemas.

Æ     Junio 2010, columna Estilo Mápula, publicado en Omnia.

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